Un bar, lo suficientemente lleno como para no cerrarlo. Un escenario, tan poco usado que debería ser quitado.
¿Y por que seguía abierto ese bar y puesto ese escenario? ¿La respuesta?
Laura y Leon
Por ellos el bar estaba casí lleno, por ellos estaba ese escenario. Leon y Laura se habían dado cuenta desde hace mucho que podían sacar provecho a esa belleza que poseían.
Para la gente del bar no había nada mejor que una sesión de canto de Laura y una sesión de baile de Leon.
De repente, súbitamente las luces se apagaron. Algunos aplausos rompieron el ambiente un tanto silencioso del lugar y una luz iluminó aquel escenario.
Una mujer morena y de cabello largo ondulado estaba de pie en el escenario. Llevaba un vestido negro ajustado, resaltando los lugares exactos y haciéndola hermosa.
De pie frente a ella se encontraba un joven de rasgos delicados y angelicales, su belleza no era comparada a ninguna. Un ángel.Entonces la chica abrió la boca y empezó una canción y, ¡Dios! ¡Esa voz! Dichosos los oídos que la escuchen.
El joven bajó del escenario con pasos elegantes y empezó un baile que te hacía querer más de aquel muchacho. No importa quien fueras. Lo querías. Los querías para ti sólo y nada más.
El muchacho consiente de su belleza se acercaba a cada dama, caballero, cada joven o viejo, hipnotizandolos. Y ellos, tan enamorados concedían dinero, joyas, lo que fuera, con tal de tener más de aquel muchacho.
La voz de la chica entonaba las últimas letras de la canción y el joven retomaba su lugar en el escenario.
Cuando la canción terminó la chica y el chico ya habían desaparecido del escenario y sólo estruendosos aplausos sonaban en el lugar.
Atrás de aquel bar dos chicos vestidos de ropa más casual miraban el botín que habían conseguido.
-¡Mira Laura! ¡Con esto tendremos para pagar los meses de renta atrasados!-
-Es genial Leon- respondió sonriendo Laura. Amaba la actitud del muchacho. -Vamos, tenemos que volver al bar. Si queremos algo de dinero extra tendré que trabajar en la barra está noche, tu quédate a recoger los abrigos. Nadie debe verte el rostro.
-Ésta bien, recuerda no hablar mucho
Los chicos trabajaban en el bar-restaurant, ya sea de meseros o en la barra, de guardias o de lo que fuera en lo cual no llamarán la atención y tuvieran una paga decente.
Aunque había días en que necesitaban tanto el dinero que dé ofrecían a hacer actos como el que acababan de hacer, y si lograban llenar el bar o atraer bien público, su jefe les daba dinero extra además de su puesto de trabajo.
Y claro, las propinas. En espectáculo a así tenían buenas propinas.
La belleza de Leon y la voz de Laura hipnotizaban a cualquiera.
Mientras Laura atendía la barra no pudo evitar pensar en Leonardo. Como lo extrañaba.
Aveces se preguntaba que hubiera sido de la vida si hubieran seguido los tres juntos.
Quizá Leonardo hubiera planeado algo ingenioso para aprovechar los atributos de los tres.
Leon tenía una belleza extraordinaria y única, ella una voz hipnotizante y Leonardo. Él era el cerebro.
Los tres eran inteligentes, de echo su inteligencia *CI era por encima del promedio, pero ¿Leonardo? El era como la reencarnación y mezcla de Aristóteles, Da Vinci y Einstein. Era perfecto.Pero lamentablemente se fue de allí. Murió. Y sólo quedaba su recuerdo.
~*~
Las rápidas pisadas sólo eran disfrazadas por el caer de la lluvia y la respiración agitada de los tres niños apenas y era notada.Escapaban. Huían.
El monstruo se acercaba lentamente hacia ellos. Y Leonardo sólo pudo ver una salida al momento de verse sin salida.
El la pared, escondida perfectamente, había un agujero lo suficientemente grande como para que los chicos se escondan.
Los niños se miraron y Leonardo le hizo una seña a Leon y le dijo
"Entra"
Leon asintió y se metió como pudo al agujero rápidamente. Laura entró seguido de el y tomó la mano de Leonardo, pero este se soltó."¡¿Pero que haces Leonardo?! ¡Entra ya, por favor!"
"Alguien tiene que hacerles creer que van en otra dirección"
Y con eso dicho Leonardo siguió corriendo, siendo perseguido por el monstruo y los susurros desesperados de Laura, pidiendo que regrese.Rápidamente Laura salió del agujero corriendo tras la pista de Leonardo, siendo perseguida por Leon.
Ambos se detuvieron súbitamente al oír un disparo. Y Laura asomándose con duda pudo ver el pequeño cuerpo de Leonardo tendido en el piso ensangrentado y el monstruo sosteniendo la pistola.
Laura ahogó un grito y Leon huyendo de la escena se la llevó de allí.
~~
-¡Laura!
-¡¿Si, disculpe!?- grito Laura a su jefe el cual la llamo al verla distraída.
-¿Estas bien?- le dijo preocupado
-Si, sólo algo cansada. Quizá Leon y yo debemos irnos temprano.
-¿Temprano?- le hablo con duda el viejo dueño del bar- Linda, si que andas distraída el día de hoy. Acaba de terminar tu jornada, te he estado hablando desde hace cinco minutos que vengas a recoger tu paga para poder irte.
-¿Enserio?- dijo Laura y miró su viejo reloj. Las once con cinco minutos exactos.- Lo siento jefe, no volverá a suceder.
-Ésta bien, Leon esta afuera. Pueden irse.
A la salida del bar, y como dijo el jefe, estaba Leon, con una chaqueta y el casco puesto, con una vieja motoneta al lado de el.
-¿Estas bien?- ni siquiera le saludó, estaba preocupado.
-Si, sólo estoy distraída- Murmuró Laura poniéndose el otro casco que había y subiendo a la moto.
-Estabas recordando a Leonardo, ¿no es así?
Laura quedó en silencio.
-Es hora de irnos Leon- habló abrazando la cadera del chico, el cual suspiro y emprendió el camino hacia al departamento que ambos compartían.
....
-¿No crees que es momento de olvidar el pasado?
La pregunta de Leon sorprendió a Laura un minuto.
Ambos ya estaba en la cama que compartían, recostados juntos. Laura acariciando el vientre de Leon y este la cadera de Laura.
Laura lo miró un momento, sonriendo melancolicamente.
-Aveces me pregunto como estaríamos los tres si estuviera el aquí
-Seguramente los tres en la misma cama, en ropa interior y tu en medio- sonrió Leon- Básicamente lo mismo que nosotros dos ahora, pero con el.
Laura solto una risa y se acercó hasta los labios de Leon, besandolo.
-No puedo olvidarlo, Leon- dijo resignada Laura, pero con una sonrisa- No podría olvidarlo nunca- añadió cerrando los ojos.
-Lo sé- reconoció Leon- pero no soporto verte triste y marchitandote.
Laura sonrió y se subió al regazo de Leon, besandolo apasionadamente. Leon tomó las caderas de Laura y le apretó más junto a el.
Laura no tenía arreglo, estaba rota y desesperada por olvidar aquel vacío en su corazón.
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Drogas y Crimen
Novela JuvenilBasada en Mi Boxeador y Banana Fish Leonardo, Leon y Laura fueron grandes amigos. Lastimosamente su historia no tuvo un final feliz.