- No será fácil Toochi.
- Pero yo no quiero, no, me rehuso.
Noodle había encontrado un viejo libro encima su armario, estaba empolvado, sucio, y lo peor, casi destruido.
Pero al leerlo había entendido algunas preguntas que sus amigos no le habían explicado. Cosas de amor.
Ella veía como cada noche 2-D venía todo llorado, lastimado y triste a ver como se encontraba la pequeña, ella se hacía a la dormida, pero veía cada detalle en su rostro.
Stuart no era feliz.
También se levantaba a las dos de la mañana por falta de hidratación, veía la nevera casi vacía, y sólo encontraba leche.
Sabía que eso no la despertaría si no es al día siguiente.
Recibió agua del grifo y se la tomó sin pensar en consecuencias futuras.
De la nada, Murdoc subía las gradas, completamente ebrio, no se dio cuenta de la presencia de la japonesa, no volteó ni miró a los lados.
Tenía golpes y no podía ni moverse, estaba muy triste.
Noodle estaba acostumbrada a este tipo de comportamiento, y cuando quería hablar de el por qué lo hacía, el de tez verde evitaba la pregunta con otra sin sentido.
Murdoc no era feliz.
Por las tardes llegaba hambrienta después de la escuela, a veces cansada al borde de quedar dormida.
Llegaba y su plato favorito en esos días era servido por Russel, su mejor amigo. Su padre adoptivo, era el más responsable de la banda, y adoraba a Noodle.
Pero cuando salían por un helado, o salían a ver películas, el miraba a las parejas que pasaban, con tristeza suspiraba y volteba a ver a Noodle, le dedicaba una sutil sonrisa, pero el deseaba tener a alguien diferente, con quien compartir su vida, como esas personas, sin duda se veían felices. Él no.
Russel no era feliz.
Esas situaciones hacían a Noodle un embrollo de preguntas, también le daban la necesidad de querer ayudar, pero no sabía nada sobre amor como el que se tienen las parejas, así que se hizo a un lado, viendo a sus amigos llorar internamente para mostrarle sonrisas a ella.
Debía hacer algo y ya.
[...]
Para distraerse, sentirse más cómoda y pensar, decidió reacomodar sus cosas, ese orden ya la había aburrido.
Movió cada mueble, cada objeto, cada libro, todo en resumen. Menos su armario, era muy pesado para la menor.Llamó a Russel para que la pudiera ayudar, pero al ver que no estaba tuvo que intentarlo sola, provocando la caída del pesado mueble.
Por suerte ella no se lastimó, pero toda su ropa había caído, y también con ella un libro, el libro con las descripciones anteriores. Estaba por abrir y ver que dice, pero a lo que recuerda, era un manual de supervivencia que le habían mandado cuando se fue aún siendo muy pequeña.
Escuchó pasos cerca y lo escondió.
- ¡Noodle! ¿Estás bien? - Stuart había escuchado ese estruendoso sonido y subió de inmediato.
Noodle dudó si podía preguntarle sobre ese libro, quizá nunca lo habían notado, o quizá ellos lo habían escondido.
- ... Nada Toochi... Remodelaba y se me cayó el armario, es tan pesado que yo... Lo siento si te desperté.