Antigua Historia.

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Hace millones de años, la tierra estaba llena de seres diferentes y sobrenaturales. En ese entonces, ya no habían dinosaurios, esas criaturas ya eran pasado; en cambio, habían otros animales y criaturas mejor conocidas como "monstruos".
Algunos eran majestuosos y dotados de una piel tan gruesa como 5 paredes juntas. Otros eran pequeños con ojos de colores y dientes filosos.
Otros cuantos tenían alas enormes y cuerpos de hombres.
Pero había una criatura más hermosa que ninguna: los dragones, llenos de poder y envidiados por muchos por esas hermosas alas gigantescas y esos flamables alientos.
Era fascinante la grandeza de esas criaturas y su gran sabiduría les permitió vivir muchísimos años hasta que surgieron los hombres.

La historia no siempre fue un batallón de caballeros con largas espadas luchando contra dragones. Hubo tiempos mejores.
Los humanos admiraban sin dudar a aquellas bestias hermosas. Les dedicaban ofrendas y carnavales, y hacían vestiduras en honor a los dragones.
Algunos dragones, generalmente los más viejos, eran entrenados para ayudar a los hombres, pues con su aliento de fuego fundían metales y horneaban algunas cosas.

Por otro lado, los dragones jóvenes se encargaban de llevar volando cargas pesadas de mercancía sobre su lomo a lugares lejanos.

La relación entre humanos y hombres era muy pacífica e increíble, hasta que un día, mientras un joven creaba espadas de metal con ayuda de un viejo dragón, alzó una espada en dirección al cielo para admirar lo mucho que brillaba y el dragón con el que trabajaba, se picó fuertemente la cola con dicha espada.
Fue tanto su dolor que dejó escapar un fuerte alarido y una gran llamarada de fuego salió de su boca . Las piernas del joven herrero se hicieron cenizas y,  lleno de rencor, mandó matar al viejo dragón.
La gente del pueblo y los dragones que por ahí habitaban, vieron con horror aquella escena y su corazón endureció un poco.
Los dragones recordaban con dolor la muerte del viejo dragón y se distraían fácilmente de sus tareas, por ello, los accidentes con dragones aumentaron y muchos fueron decapitados.
Al final de esa época, la mayoría de los dragones habían huido a lugares lejanos llenos de montañas para que nadie pudiera encontrarlos.

Algunas veces, unos dragones llenos de rencor regresaban a su aldea de origen para vengar las barbaridades que los humanos habían cometido contra ellos. Sin embargo, sólo se volvían parte de espectáculos donde los llamados "caballeros" montados en caballos, perseguían a los dragones con lanzas, espadas y cadenas; para luego colgar las cabezas de esas bestias en sus paredes.

Así pasó mucho tiempo. Los dragones habitaban en lugares fríos y escondidos donde vivían pacíficamente y los humanos tenían aldeas en llanuras lejanas. Se mantuvieron mucho tiempo apartados unos de otros, hasta que se olvidaron entre sí y surgieron generaciones nuevas.

Los humanos dejaron de hacer cosas racionales y empezaron a conquistar territorios ajenos, matar gente inocente y declarar la guerra por doquier. Una época que jamás pudo ser olvidada fue la edad media.
Mucha gente que practicaba hechicería fue quemada y torturada por el conocido Tribunal del Santo Oficio. Sin embargo, no todos ellos fueron exterminados. La mayoría de magos y brujas huyeron hacia las montañas, sin saber lo que encontrarían del otro lado.

Tras caminar varios días, incluso meses, los hechiceros encontraron a los dragones. Tanto dragones como humanos se quedaron admirados; algunos dragones atacaron pero los hechiceros no lo hicieron porque quedaron maravillados con aquellas magestuosas criaturas.

Los dragones y los hechiceros lograron hacer un trato de paz y habitaron juntos en completa tranquilidad. Los hechiceros usaban el veneno y el fuego de dragón para hacer pociones y conjuros que los curaban y los ayudaban a algunas tareas.
De nuevo los humanos y los dragones colaboraban juntos en las tareas.

Los hechiceros estudiaban sin descanso a los dragones y a toda la fauna y vegetación que los rodeaba para crear cosas nuevas con mejores utilidades. Estaban tan ocupados estudiando su entorno, que empezaron a morir sin descendencia hasta que quedaron muy pocos hechiceros en la aldea de los dragones.

La Mujer Dragón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora