ed:
ay, ed. tantas cosas pasaron desde ese día en el cementerio.
definitivamente, ésta será la última carta sobre el tema, ya no habrá más, pero tranquilo, las voy a dejar todas en un pequeño pozo junto a tu tumba.
fue un año duro. ni yo misma creí que saldría de una depresión tan grande. la realidad de que te habías ido para siempre, me golpeó en el momento en que vi tu lápida, y vos estabas ahí sonriendo, con esa sonrisa que ahora solo aparece en mis sueños, y cuando yo lo decido. creo que no estaba lista para despegarme de vos, de hecho nunca voy a estarlo, y siempre voy a tener tu esencia presente, pero llegué a lastimarme a mí misma, porque creí que había hecho algo malo y por eso dejaste de visitarme, ¿lo entendés? te amaba tanto que no era consciente de que no estabas, porque mi mente creaba un falso vos, para suplantar la necesidad que tenía de verte, y con cada alucinación te sentía más cerca, y no quería dejar de sentirte, pero en el momento en que se deja de preocupar por uno mismo, algo está pasando, y no fui yo quien notó que necesitaba ayuda, y por siempre voy a agradecerle a mamá.
no creas que te estoy dejando ir, ed, nunca voy a dejarte ir, sólo que te doy espacio, para que salgas de mi cabeza, mis problemas, y puedas al fin descansar en paz.
debes entender que no voy a dejar de escribirte, me entendés más que nadie y me desahogo bastante haciéndolo, y quizás también te las mande, pero descansa tranquilo.
por siempre y para siempre tuya, elisa.
pd: visitame cuando quieras.