Huye Conmigo [MutsUrie]

capítulo 9

                            Héroe

La curiosidad de la joven de los bellos ojos verdes los había metido en un problema de lo que no se sabía si se escaparían, él no renegaba sobre ese hecho pero tampoco estaba tan feliz.
El estar junto a ella y sentir por fin esa expresión de miedo de su acompañante tal como lo sintió cuando la conoció le hacían pensar.
Él quería verse valiente y sin preocupación ante la vulnerable de su amiga.
Luego de la pequeña promesa y un largo rato de búsqueda hacía la salida, ambos lograron su propósito. Salir con vida.
Uno se encontraba más cansado que el otro, así que ambos dejaron caer su cuerpo en el pasto cerca del lago.

Su descanso fué corto, también eran buscados y al escuchar que eran llamados ambos ignoraron por un momento el bullicio ajeno.
Aquellos eran sus dos amigos que los veían. Saiko y Shirazu los esperaban al otro lado del lago y gritaban fuerte para llamar su atención.

—Deberíamos ir con los demás, ¿no crees?— la peliverde sacudió su ropa y luego tomó el brazo del que aún no quería levantarse— vamos — ella jaló de él, se quejó un poco al notar que en fuerza él era superior — mira ¿quién es el flojo ahora?—  se burló rendida para después ver como el solo se alejaba del suelo.

—bueno ya...está bien (no estaría tan cansado de no ser por haberte llevado en brazos).

Ambos caminaron hasta encontrar el puente, cruzaron en él y por fin se habían encontrado con el otro par que corrían hacía ellos.

—Oe Urie, no vuelvas a irte así jamás, idiota — regañó Shirazu dando un golpe en el pecho de su compañero, el contrario quedó quieto sin responder — oye Tooru ¿qué pasó con Urie? Se ve cansado — también notó a la joven de la misma manera.

— cállate — respondió el pelimorado — nos perdimos y nos tomó mucho tiempo buscar el camino correcto que nos lleve de regreso.

— eso es para que la próxima no hagas más locuras—  advirtió el rubio molesto.

— lo bueno es que ya están con nosotros y a salvo, ya nos empezabamos a preocupar— Saiko abrazó a Tooru para luego llevarla junto con ella. La contraria volteó a ver al pelimorado esta vez mostrando una de las varias sonrisas que ambos habían intercambiado en ese día.

Los cuatro se habían vuelto a unir como los otros grupos de jóvenes que habían venido con ellos, almorzaron y siguieron con su camino.
En ese entonces Saiko sacó de su mochila una cámara.

—Oe Saiko ¿de dónde sacaste eso?— preguntó con asombro el de cabellera rubia.

— de mi bolso, dah...— miró con cierta gracia al rubio que renegaba sobre la respuesta de la pequeña — lo gané en un sorteo, bonita ¿no?— sacó la lengua a su amigo y luego guiñó un ojo graciosa— bueno ¿quién quiere tomarse fotos?— miro a todos— tú ¿Mucchan?

La morena miró a tal objeto y sonrió desconfiada, se juntó a Urie y sin querer tomó de su brazo, él la miró sin mostrar gesto alguno y Saiko sonrió maliciosa.
—vengan conmigo — sujetándose de ambos sin quitar su risa de victoria— primero con ¡Uri y Mucchan!— juntando a los mencionados Urie soltó un suspiro y blanqueó los ojos.

— quita esa cara de...— Shirazu fué golpeado por la pequeña de coletas azules — ¿qué? Es la verdad.

— solo debes sonreír un poco y eso cambiará las cosas— mencionó Saiko apuntando con su cámara.

El joven puso sus manos en el bolsillo, junto a Tooru miraron sus propios rostros y volvieron a doblar sus labios
Ambos miraron hacia Saiko — como sea—  se apegó a ella mientras Saiko los captaba en cada movimiento con su preciada cámara.