- Pues, Trevor, es una cosa realmente increíble lo que ha pasado aquí... Dime, ¿viniste aquí con tus padres?
El chico asintió lentamente, tomando la mano del agente y saliendo del servicio, mirando los cadáveres de todas las personas que allí estaban junto a él en el museo. Miró los rostros de todos y cada uno, suspirando de alegría al ver que ninguno de ellos era un familiar suyo, pero las lagrimas volvieron a aparecer, sufriendo a pesar de que no conocía a algunas personas de allí.
- ¿Qué te ocurre? -Preguntó el agente, preocupado por ver al chico llorar.-
- N...Nada... -Empezó a decir-; S...Sólo me dan pena las familias de estas personas... -El agente pareció comprender su situación y se agachó para estar a su misma altura, más o menos-.
- Es comprensible, Trevor... -Musitó mirando al suelo-; Por cierto, yo me llamo Paul, encantado.
El de menor edad sonrió un poco, todavía con lágrimas incrustadas en sus ojos, antes de ver cómo el agente se levantaba y agarraba su mano para salir de allí. No se dijo palabra mientras salían del local, ahora desierto, pero entonces el mayor pareció recordar algo.
- ¡Mierd...oles! -Gritó, evitando soltar una mala palabra delante del chico-; Enseguida vuelvo.
El pequeño se quedó junto a otros de los compañeros de su salvador, mientras que veía cómo volvía a entrar al edificio, esta vez corriendo. Pasaron unos cuantos segundos antes de que se escuchara un poco una risa y después un disparo, que la cortó. Trevor se quedó esperando, deseando que no le pasara nada a aquel agente. De repente, cuando casi había perdido toda esperanza, alguien salió de allí, herido en el torso.
Comenzó a llorar, de alegría por verle otra vez, y de tristeza porque estaba gravemente herido. El chico de apenas ocho o nueve años le intentaba ayudar lo mejor que podía para que llegase sano y salvo a su casa. Los otros compañeros se acercaron para prestar sus servicios, llevándole a la furgoneta de donde habían salido.
El mayor herido insistió en llevar al chico con ellos durante varios minutos, hasta que dejaron de ignorar sus peticiones y subieron al pequeño con ellos. Se acercó al que le salvó la vida y tomó su mano con delicadeza, mientras que alguien conducía para sacarlos de allí.
Después de una larga espera, salieron del vehículo y entraron todos en el cuartel, llevando al chico junto al herido. Él se quedó esperando a que terminaran de sacarle la bala y así poder verle de una vez, pero tendría que esperar una media hora para lograr hacerlo. Y así hizo el pequeño; esperó, esperó y esperó, hasta que al fin le permitieron ver al hombre.
Estaba sobre una camilla con vendas rodeando la zona donde fue disparado y entonces levantó la vista. Al encontrarse con el pequeño ahí de pie, estuvo a punto de correr hacia él, pero el dolor le detuvo. En su lugar, el chico corrió hacia el contrario, abrazando como pudiese al agente herido. Sonrió mientras le miraba.
- Sé que yo no puedo ofrecer esto por la simple razón de que no soy un superior, pero... ¿Querrías unirte al FBI? Hay una misión que nadie se atreve a hacer y creo que tú serias perfecto para ella...
El chico asintió frenéticamente, evitando chillar de la alegría.
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UCECA
Science Fiction• Parte 1. Todo lo incluido dentro de esta historia ha sido sacado de un rol con unos amigos, pero va ha estar centrado en uno de mis personajes. > Algunos de los personajes que aquí aparecen no son de mi pertenencia, como Eddsworld a Edd Gould (DEP...