CAPÍTULO SIETE━ TE NECESITO

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( ¿PORQUÉ NO PUEDO RENUNCIAR CUANDO ME ROMPES EL CORAZÓN ,TE NECESITO MAS DE LO QUE CREO )

( ¿PORQUÉ NO PUEDO RENUNCIAR CUANDO ME ROMPES EL CORAZÓN ,TE NECESITO MAS DE LO QUE CREO )

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CAPÍTULO SIETE━ TE NECESITO 

HABIA PASADO UNA SEMANA DESDE EL BESO ENTRE CLARK Y MAIA, Y ESTA ULTIMA DESDE ENTONCES HABIA EVITADO AL PELINEGRO EN TODO MOMENTO. De vuelta en Metropolis, la pelirroja apenas le hablaba para asuntos importantes como los reportes que había que entregar y demás pero luego de ahí, lo evitaba a toda costa pues no quería, no solo tener problemas con su pareja, sino que tampoco quería ver a Clark pasar por algo que podría ser culpa de ella. 

—Maia, necesito los informes del Señor Wayne para mañana en la mañana.—le dijo su jefe antes de irse de largo a hablar con Lois. La pelirroja rodó los ojos al saber el trabajo que le esperaba el día de hoy pues tenía en mente que aquello sería para la otra semana. 

Maia se acercó a donde Sophia, una chica que se encargaba de las fotos de los reportes, la cual se encontraba hablando con el pelinegro. 

—Perdón,—se disculpó ella mirando a Sophia.—Es que necesito las fotos de Bruce Wayne que eran para el reporte de la semana que entra debido a que el jefe las quiere para mañana. 

—Claro, dame un momento.—Maia le sonrió y se alejó de ahí para ir a su mesa a trabajar en su laptop. 

Maia le sonrió a Clark con intención de irse pero este la tomó del brazo y la adentró a un cuarto que había cerca de ellos. Que oportuno pensó la pelirroja. 

—Que lindo Clark.—comentó ella mientras se separaba de él aunque le sería díficil porque el cuarto era lo bastante pequeño como para que los dos apenas pudieran entrar bien.—¿Cómo estás?—el pelinegro le dio una mirada dura.—Okay, me imagino que bien. ¿Sabes que tenemos trabajo? Y es para mañana lo que significa que...

—¿Por qué me alejas de ti, Maia?—le preguntó Clark mirandola con sus ojos azules los cuales estaban dolidos. Maia balbuceó y de repente empezó a temblar.—No creo que sea justo que alguien ame a una persona con todo su ser para ser tratado como una buena basura. 

—¿Y por qué lo haces? ¿Por qué no mejor te buscas a alguien mejor? Alguien que si valga la pena.—murmuró ella bajando la mirada evitando los ojos de pelinegro.—Mira a Lois, ella te aprecia Clark y es bonita e inteligente, intrépida... Yo no soy eso.

—Porque yo te quiero a ti Maia. Porque aún con el corazón roto, sigo volviendo a ti porque te necesito más de lo que crees, más de lo que yo creo.—la pelirroja sonrió con sarcasmo. Clark la tomó por la barbilla y observó los ojos marrones de ella.—Y por favor, eres mejor que cualquier otra chica que podría conocer. 

—No me mires con esos ojos.—le reclamó ella.—No cuando estamos así de juntos.

Clark sonrió.—Déjame intentarlo Maia, te lo pido.—la pelirroja lo observó y acarició la mejilla de su amigo, el cual, ante el tacto, cerró los ojos. Maia dejó un beso lento en su mejilla y acarició su nariz contra la de él. 

—Lo siento Clark. 

Maia salió del ahí y se fue a su escritorio a seguir con la noticia de Bruce Wayne. Apenas eran las nueve de la noche cuando acabó con ella y era, junto a Lois, de las últimas en salir. Le sonrió a su compañera y juntas esperaron el elevador. 

—¿Cómo te fue con la noticia de Wayne?—le preguntó Lois a ella. Maia la miró sorprendida. 

—Bien, eso espero. Fue algo antes de lo esperado pero igual, el jefe la leyó y le gustó.—comentó ella. Cuando el elevador, Maia dejó que Lois entrara primero. Le dió al primer piso y Lois al sótano. Al menos ella tenía un carro. 

—Si deseas puedo llevarte a casa Maia.—La pelirroja negó varias veces y se excusó.—Oh vamos, es bien tarde y no es seguro que andes sola a estas hora de la noche.—Maia le miró. 

—Estoy bien Lois, no es la primera vez que lo hago.—le dijo ella tranquila. Le molestaba que las personas quisieran ayudarla. Pensaba que lo hacian como favor, o al menos aquello solía decirle Erik. El elevador llegó al primer piso y Maia le sonrió a Lois.—Nos vemos mañana Lois. 

Cuando salió a la calle sintió el frío de la ciudad sobre ella. Se amarró mejor su bufanda y caminó calle abajo por unos diez minutos hasta que llegó a su casa. Al entrar sintió un olor a pizza en el aire. Se acercó a la sala y notó que su pareja se encontraba comiendo una mientras veía la televisión. 

—Llegué.—dijo ella mientras dejaba la bufanda en el perchero y su bolsa en la mesa de entrada. 

—¿Por qué tan tarde?—preguntó el rubio mientras se acercaba a ella. Maia tragó en seco mientras veía como el se acercaba. 

—Tenía que terminar un reporte de Bruce Wayne que es para mañana, Erik.—dijo ella cansada.—Si me lo permites, quiero ir a dormir. Tomar un baño y dormir. 

Maia caminó tres pasos cuando Erik volvió a hablar:—¿Cuando me ibas a decir que tú y Clark se habían besado?—Maia se paró de golpe. —Así que es verdad—dijo él bajito pero audible para la pelirroja. 

—¿Quién te-te dijo aquello?—preguntó ella en un balbuceo y con temor. 

—¿Acaso importa, Maia?—preguntó él con sarcasmo.—Mi novia me fue infiel cuando le pedí que no lo fuera.—Se acercó a ella tanto que podían respirar el mismo aire.—¿Qué clase de persona eres?

—Te juro que no quise que pasara.—le dijo ella con lágrimas en los ojos ya. La pelirroja sentía mucho miedo en ese momento y lo único que quería hacer era correr e irse. 

Erik sonrió antes de golpear la mejilla de la pelirroja. Maia no lo soportó y trató de irse corriendo hacia arriba pero él fue más rápido y la agarró por la cintura y la empujó contra la pared. El golpe le había dolido mucho en la cabeza y sentía como se empezaba a calentar esa parte debido al dolor. 

Su pareja la tomó por el cuello y empezó a faltarle el aire.—Eres una cualquiera Maia.—la pelirroja trató de quitarle la mano de su cuello pero no podía. Miraba a Erik desesperada y con lágrimas en los ojos pero el no parecía querer ceder ante ella. 

Maia, de una forma u otra, se las empeñó para soltarle una patada en sus partes logrando que el rubio la soltara. Trató de alejarse pero Erik le metió el pie logrando que cayera al suelo y se golpeara la barbilla en el proceso. 

A este punto el cuerpo de Maia estaba muy adolorido pero, con esfuerzo, se logró parar aunque un golpe en la cara por parte del rubio volvió a dejarla en el suelo, pero ella no se quedaría así. Tomó un pie de el y lo dejó en el suelo y aprovechó el momento para pararse, tomar su cartera y bufanda y salir corriendo de la casa. 

Maia caminó a paso muy rápido por las calles de su ciudad mientras lloraba a mares debido al dolor y el sufrimiento y se prometió a si misma alejarse de Erik de una vez por todas. 


( . . . ) 


Se encontraba Clark a punto de ir a dormir cuando un sonido en la puerta le llamó la atención. Alguien estaba tocando la puerta de su departamento. Observó por la puerta quien era y se sorprendió cuando abrió la misma. 

Tras ella se encontraba una Maia con los ojos rojos y varios moretones que apenas eran notorios pero se visualizaban. Quiso preguntar pero sabía la respuesta de aquello. Acercó a la pelirroja y la estrujó entre sus brazos. La pelirroja lloró al sentir el calor corporal de Clark sobre ella y dejó caer su cartera al suelo. Aquel abrazo lo necesitaba desde hacia tiempo. 

—Creo que te necesito más de lo que creo, Clark.—dijo la pelirroja entre sollozos logrando que el corazón del pelinegro saltara. Él dejó un beso en la cabeza de Maia y sonrió prometiendose a si mismo que cuidaría de la pelirroja. 

HOPE ↻ SUPERMAN | CLARK KENTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora