2. Dedo corazón.

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Cubría su boca con la manga de su camisa, acababa de bostezar por quinta vez en la mañana. Empezaba a resultarle agotador que abrieran la tienda más temprano de lo normal, no es que fuera perezoso, era un chico muy enérgico pero el frío invierno provocaba dormir más de lo habitual y así no se podía.

— Ey, Moon, ve por café —la rubia que tenía un abultado vientre parpadeaba intentando no dormirse.

— Deberías de tomarte la licencia, Laura —se estiraba y tomaba su billetera pensando en cómo hacer enojar a Chanyeol, definitivamente a el canadiense no le gustaba perder el tiempo.

— Kevin, hola, comunicando a tierra, ¡Pedí un café, no consejos! —el pelirrojo salió disparado hacia la calle, mejor era no meterse con las mujeres y eso lo tenía muy en claro.

Sin darse cuenta había llegado, no sabía si se debía a la hora que era, pero dentro solo había un chico dentro. 

¡Oh sorpresa! El pelinegro que estaba sentado allí era el mismo chico que iba a pagar en caja ayer.

— ¡Mamma Mia! Puedo sentir una mala presencia —Chanyeol preparaba su propio desayuno el cual constaba de un americano.

— Tienes que estar de broma si piensas tomar un café, ¿No te aburres de olerlo constantemente y prepararlo día a día? —miraba la lista de productos antes de percatarse que el coreano le mostraba su dedo medio.

— No me cuestiones —arrugo su frente mientras miraba al único cliente en su tienda, Kevin no contaba, se refería a Hyunjoon— ¿Por qué no puedes ser como él? Es un chico muy tranquilo, hasta pensaba en contratarlo aquí. Pero tiene algo raro...

La atención del canadiense paso de la carta a su amigo.

— ¿Cómo qué?— intento ocultar su curiosidad, pues al mencionar raro le dio muchas ideas a Hyungseo, su mente no era precisamente sana por así decirlo, incluso estaba emocionado de cierta forma.

El chico detrás del mostrador se contuvo antes de salir y golpearlo en la cabeza.

— Shhh, ¡Deja los pensamientos sucios Kevin! —Hwall se sonrojo, puesto que el chico había dicho lo último casi gritando.

— ¡Mamma Mia Hwallie! D-... —El mayor fue interrumpido por el mencionado— Eso me suena a cliché.

Kevin reía ante la ocurrencia del pelinegro quien le simpatizaba más que ayer, ayer y ayer. Durante cinco días pudo reparar en la presencia de aquel nuevo cliente en el local de su amigo, no era fácil ignorar a aquel chico tan simpático.

— ¡Par de insolentes! Debería de sacarlos a los dos, pero si hago eso no obtendría ganancias —rasco su nuca pensando hasta que sonrío— ¡Mannaggia! Lo tengo, deberían de casarse e irse lejos que ya no los soporto.  

Por un momento ambos se miraron cómplices hasta que Hyungseo recordó porque había ido a aquel lugar.

— ¡Mamma Mia Chanyeol! Un batido de fresa y un caramel macchiato para llevar —el coreano reía escandalosamente al escuchar el italiano del canadiense.

— ¡Lo que quieras Kevin pero no vuelvas a intentar ese acento!

— ¡Lo que quieras Kevin pero no vuelvas a intentar ese acento!

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¡Hola!

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ღ Winter ¡! KwallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora