welcome home ➢ yoonmin, jimsu〖OS〗

拜托，救救我

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❛ b a b y ,  a r e  y o u  t h e r e ?

b e c a u s e . . .

i  m i s s  y o u  s o  m u c h ❜

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「✧✦✧」
I hope to see you again ...
    
   
     
 

El sonido de la puerta de entrada siendo abierta rebotó a lo largo del solitario y obscuro pasillo, el cual pronto fue atravesado por el cansado caminar de un hombre de baja estatura, luego de haber dejado su paraguas a un costado de la puerta. A su paso iba aflojando la corbata que rodeaba su cuello, hasta que se detuvo junto a un leve suspiro en la entrada de la amplia sala de su casa, llegando a oír una reconocida voz para él proveniente de las escaleras.

— Oh, Jimin — con una enorme sonrisa iluminando su rostro, Yoongi acabó por bajar los escalones que lo distanciaban del susodicho con suma rapidez para acercarse a él, rodeando el cuello contrario con sus pálidos brazos —. ¡Bienvenido a casa!

Sin embargo, el menor no tardó en salirse de aquel agarre y alejarse, sin darle un mínimo de importancia a este, sentándose en el sofá y tronando sus dedos, mientras dejaba el maletín de trabajo sobre la mesita de té y lo abría, sacando todos los papeles de allí junto a un elegante bolígrafo.

— Jimin-ah, ya me está molestando un poco que me ignores... — la voz de Yoongi volvió a hacer eco en sus oídos, acercándose a él. Sintió aquellas frías manos posarse sus tensos hombros y comenzar a masajear, con lentitud y suavidad —. Has estado trabajando mucho últimamente... Deberías tomarte un poco de tiempo libre para mí, me siento muy solo en esta casa...

Jimin zarandeó un poco sus hombros, sacándose las manos de Yoongi de encima por segunda vez en la noche. Un puchero apareció en los labios del mayor, mientras a zancadas caminaba hasta llegar a posicionarse en frente de su amado, interponiéndose entre la vista de él y todos los papeles.

— ¿Acaso estás enojado conmigo, Jiminnie? ¿Hice algo malo? — preguntó, sin obtener respuesta alguna por parte del contrario, cosa que lo hizo molestarse aún más.

¡Él ni siquiera le dirigía la mirada!

— ¡Hoy es mi cumpleaños, Jimin, estuve esperándote todo el puto día para que lo celebremos juntos y cuando por fin llegas te pones a trabajar! — su voz se había quebrado, la angustia que le provocaba toda esa situación se podía notar hasta a leguas de distancia —. ¿Acaso no lo recuerdas, Jimin? ¿No recuerdas mi maldito cumpleaños?

Jimin se levantó y sin decir nada, se dirigió al baño, sin poder cerrar la puerta debido a que el cuerpo de Yoongi se interpuso, buscando su mirada, mas no la recibió y siguió siendo ignorado.

Sus manos se metieron debajo del grifo con el jabón entre ellas, frotándose entre sí para luego tirar agua en su demacrado rostro, limpiándolo también, refregándose con fuerza. Se miró al espejo, con las gotas cayendo por su mentón. Sus ojeras eran los que menos pasaban desapercibido, era imposible no notarlas con lo grandes que eran, sus labios estaban todos partidos y maltratados, y su tono de piel se había vuelto demasiado pálido. Estaba hecho un desastre.