Capitulo 1

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Cada mañana era igual de aburrida, ver las personas pasearse por las calles las bocinas de los carros y el motor rugir, gente correr de un lado al otro, sentir en la nariz más de cien perfumes mientras esperas que el semáforo cambie, voy rumbo a la Universidad, con paso lento y sin rastro de ánimo por verle la cara a la personas de siempre, escuchar los mismos chisme, las mismas conversaciones y burlas a las personas que consideran inferiores que ellos, en cinco minutos daba inicio la primera clase y estaba más que claro que llegaría tarde. Mi celular empieza a sonar y a vibrar figo son mi amigos, con comentarios obvios.

Con el paso a un lento voy llegando a una de las entradas de la universidad, en la que me encuentro con aquella chica, rara y objeto de todo los comentarios habidos y por haber, no sé qué le pasa, no se relaciona con nadie, se ha filtrado información de ella sobre su trabajo, es hermosa, de cabello largo negro, es delgada, tez blanca, mide alrededor de 1.58 y de unos ojos verdes, de esos que no se dejan dominar por nadie. Y como siempre lleva a sus labios ese amargo cigarro.

- Que mierda... - es mi único comentario antes de que ella desaparezca por un pasillo

Es la segunda semana de clases, lo que indica que empiezan las electivas, mi intención siempre es estar con personas diferentes, ya tengo suficiente de compartir clases con ellos en ocho materias es bueno varia el ambiente, luego de cuatro horas de taller de dibujo, recojo mis materiales y la modelo recoge sus cosas, antes de salir le damos las gracias. Estoy con Nicolás, Fernanda, y Santiago, lo que podría llamar amigos en este lugar, estamos juntos la mayor parte del tiempo desde que entramos a la universidad, nos dirigimos a nuestros casilleros a guardar cada material y sacar los de la siguiente clase.

- ¿Acaso no ves por dónde vas? – una chica chilla, y veo a Anaé en el piso con el café de la otra chicas es su blusa blanca – ¿No te vas a disculpar? – la chica del suelo se levanta saca su billetera.

- Espero que estoy sea suficiente por lo del café. – es lo único que dice antes de marcharse.

¿Qué carajos? La cavan de tirar el café encima y ni una mueca nada, que carajos pasas con esa chica. Y lo peor que pasa conmigo por qué estoy yendo detrás de ella. Hoy solo esta vestida de negro, su camisa blanca holgada con una gran mancha, con sus manos limpia la parte inferior de su cara, retirando una que otra gota café, entra al baño de hombres revisa que no haya nadie, no se ha percatado que la estoy siguiendo, vierte agua en su cara y quita el poco maquillaje que hay en ella, y una pequeña marca aparece en su mejilla, no alcanzo a ver que es. Anaé saca una cajita y maquilla esa zona emparejando el color con su tono de piel. Guarda todas sus cosas otra vez y sale del baño, saca de su pantalón una pequeña caja de cigarros, y murmura un "esa hija de perra eran los dos últimos cigarros de hoy, le di el dinero que tenía y hasta mañana me pagan, que día de mierda" suspira y de mi sale una pequeña risa de la cual ella se da cuenta, me resta con esa mirada verdosa y se acerca intimidante, pero aun así no logra que dé un paso atrás.

- Si te hace tanta gracia, ve y busca con quien reírte – su voz era dulce pero dura al tiempo, no estaba enojada

- Perdón, pero ¿no te enoja que aquella chica vertiera su café hirviendo encima pero que si haya arruinado tus cigarrillos? – estiro mi mano para pasar por su cabello que tiene una que otra gota de agua, de impulso esta me da un manotazo y se aparta

- Me da igual, igual no es nada, la camisa se puede lavar y no estaba tan caliente, y te pido que no vuelvas intentar tocarme en tu vida, es mejor no me dirijas la palabra si no quieres estar en problemas – con eso da media vuelta y se va.

Que voy hacer con ella, es terca y orgullosa, un enigma, puede resultar interesante.

- ¡Martin! – era Fernanda gritándome

AndiWhere stories live. Discover now