Capitulo I

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El exito proveniente de un medio que no te apasiona o produce felicidad no es algo a lo que uno deberia apuntar, eso es algo que aprendi por las malas. Escribo desde que tengo uso de la razon y vivo muy comodamente en una casa grande y dandome varios gustos, sin embargo no fue mi exquisita posia proveniente de mis obras la que me consiguio mi situacion, sino que fue mi trabajo como anestesiologo el que lo hizo. Ser anestesiologo es mucho mas estresante de lo que la gente cree, demasiada anestesia y el paciente muere, poca anestesia y el paciente se despierta. De joven siempre crei que podria vivir escribiendo pero la vida de alguna forma me llevo a estudiar medicina. Quizas fue la promesa de ganar mucho dinero o quizas la de tener un sueldo fijo pero el punto es que jamas consegui ser un escritor prolifero. Cuando naci me llamaron Juan, Juan Curio, nunca me gusto el nombre juan, suena demasiado generico pero tampoco me desagrada lo suficiente como para cambiarmelo.

Hoy a las 4 pm me entere que fallecio mi vecina. Yo volvia caminando del supermercado cuando note dos autos de la policia estacionados en la puerta de la casa de mi vecina. Me acerque a preguntar que habia pasado y me comentaron que un anonimo llamo al escuchar gritos y que habian encontrado a la dueña de la casa muerta tras recibir aproximadamente 20 golpes en la cabeza, claramente un crimen pasional me dije a mi mismo mientras me hacia la fantasia de ser un habilidoso detective. Tras terminar mi conversacion con los policias, me dirigi adentro de mi casa, apoye mis compras, las cuales eran sorprendentemente escazas para haber tardado 2 horas en hacerlas y me sente a reflexionar sobre lo ocurrido. La muerte de mi vecina no me entristecio en absoluto, siempre me parecio una mujer muy pesada por su desgradable personalidad agresiva y su contagioso mal humor. En cierto sentido, este asesino me hizo un gran favor

Mortalmente ConvenienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora