01. Beso

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   Hay pequeños momentos en la vida que pueden cambiarlo todo. Pequeñas acciones o decisiones que modifican el curso de las cosas. Y a veces lo que planeamos resulta completamente diferente.

   Eso mismo fue lo que le ocurrió a Jiang Cheng cuando Lan XiChen puso en perspectiva todo su mundo con una simple acción.

   Todo había comenzado en el cumpleaños de Wei WuXian. Lan SiZhui, Lan JingYi y Jin Ling habían organizado una pequeña celebración para él con el permiso de Lan WangJi, y tanto Jiang Cheng como Lan XiChen habían terminado siendo inevitablemente invitados.

   La fiesta había sido agradable y bastante amena para todos. Para todos salvo para un par que se sentían completamente ajenos a toda la escena: Lan XiChen y Jiang Cheng. El primero había aceptado la invitación por cortesía y el segundo porque Jin Ling prácticamente lo había arrastrado ahí. Como sea, ambos se encontraban sentados en las mesas más apartadas, siendo simples espectadores del evento.

   Lo que había comenzado como una plática casual, ya fuera para evitar el aburrimiento o los silencios incómodos, pronto se convirtió en una amena charla entre ambos Líderes de Secta. Para el final de la noche, Jiang Cheng recordó lo agradable que era tener una conversación amistosa sin falsa cortesía obligatoria, y Lan XiChen se dio cuenta de que tenían muchas más cosas en común de lo que creía, e incluso olvidó por un rato todo el incidente del templo y pudo disfrutar el momento.

   Luego de esa fiesta, ambos comenzaron a tratarse un poco más. Primero en cacerías nocturnas que organizaban juntos, luego encuentros casuales durante las conferencias de discusión, después visitar una u otra residencia y finalmente, lo que alguna vez fue ver a los inseparables Orgullos de Yunmeng o a los siempre respetados Tres Zun, de pronto se convirtió en ver al Líder de Secta Jiang y al Líder de Secta Lan juntos. Al cabo de un par de años, para ningún cultivador resultaba sorprendente o increíble ver al par juntos durante las conferencias, e incluso la presencia de Jin Ling en toda la escena no era nada inusual; ya fuera uno u otro, ambos se la pasaban aconsejando al chico que lentamente se convertía en un admirable Líder de Secta.

   A Lan XiChen le encantaba pasar tiempo con Jiang Cheng porque el chico lo entendía a la perfección; no debía fingir que no estaba triste ni tenía que tratar de explicarle cómo se sentía porque Jiang Cheng en verdad comprendía, pues lo había experimentado. Jiang Cheng también solía aconsejarle y ayudarle para superar la terrible depresión que atravesó luego de perder a sus hermanos jurados de aquella manera. Y Jiang Cheng encontró en Lan XiChen ese pequeño refugio en el que tenía de nuevo esa sensación de seguridad y un sentido de pertenencia; con él, no se sentía incómodo o enfadado todo el tiempo, y definitivamente ya no se sentía tan solo.

   De forma inesperada, los sentimientos de Jiang Cheng lentamente comenzaron a cambiar. Había algo en Lan XiChen que le gustaba y no dejaba de llamar su atención. Ni él mismo sabía lo que era hasta que un día, y gracias a Wei WuXian, se dio cuenta: el Líder de Secta Lan le gustaba. Bueno, de hecho era más que eso, le quería; luego de todo ese tiempo juntos, de sus vivencias y experiencias, Jiang Cheng se dio cuenta de lo mucho que quería a Lan XiChen; y gracias a quien alguna vez fue su hermano, pudo comprender que no todos sus sentimientos de afecto eran sólo de amistad. Por supuesto, él nunca lo admitiría en voz alta.

   Pero ya era muy tarde. Una vez que fue consciente de esos sentimientos, fue como si de pronto todo se magnificara. La emoción que sentía antes de reunirse con Lan XiChen o los nervios cuando estaban juntos, simplemente parecían ir en aumento de forma vertiginosa y abrumadora para Jiang Cheng, quien durante toda su vida nunca había sido bueno lidiando con sus emociones y por lo cual sólo recurría a la más sencilla: el enojo. Pero ese enojo de siempre simplemente nunca llegaba cuando estaba con él; lo único que podía sentir eran muchos nervios y una ridículamente inmensa felicidad. Nada más.

   Se sentía un completo idiota y no podía negar que incluso había comenzado a idealizar cómo sería si tuvieran una relación. ¿A caso se había vuelto un manga-cortada justo como su amigo? ¿Y en qué momento Wei WuXian había vuelto a ser su amigo?

   Todo era sobrecogedor para Jiang Cheng. Tanto, que hasta había comenzado a alucinar que Lan XiChen podía devolver sus sentimientos de la forma en que él deseaba. Porque todo era su imaginación ¿verdad? En definitiva las acciones de Lan XiChen eran perfectamente normales; todas esas atenciones las había tenido con él siempre ¿no? Y todos esos halagos y lindos comentarios eran amistosos ¿cierto? ¡¿Cierto?!

   Ya todo era un caos en su interior. Jiang Cheng NUNCA había sentido algo así por alguien, y en definitiva nunca había habido alguien que devolviera sus sentimientos de esa manera. Todo parecía surreal. Estaba tan escéptico respecto a la situación que, sin importar cuántas señales XiChen enviase, Jiang Cheng no podía dejar de considerarlas ambiguas, o de repetirse que simplemente era su imaginación y que no debía hacerse ilusiones tontas.

   Wei WuXian no paraba de decirle que a Lan XiChen le atraía, y hubo una vez que incluso Jin Ling (con toda la incomodidad presente en su lenguaje corporal), le comentó algo al respecto.

   Y entonces, un día, luego de una cacería nocturna cerca de Yunmeng que hicieron juntos, Lan XiChen acompañó a Jiang Cheng al Muelle del Loto y justo después de rechazar su oferta de pasar la noche ahí, le besó antes de salir volando en Shouyue. Había sido un simple roce de labios, pero había causado un fuerte impacto en los dos.

   Por un momento, Jiang Cheng se quedó mirando a la distancia, hacia el lugar por el cual había desaparecido la silueta en el aire, con el corazón completamente acelerado. Y de pronto, el menor acarició sus labios con incredulidad. Después de todo, y aunque resultara no-tan-increíble, ese había sido su primer beso.

   Muy bien. Si así lo quería... Lan XiChen había marcado las reglas de un juego que Jiang Cheng estaba dispuesto a jugar y a ganar. Lo iba a hacer pagar por haberle robado su primer beso y luego haber huido de una forma tan cobarde. Si el honorable ZeWu-Jun creía que le iba a resultar todo tan fácil, se estaba olvidando de un pequeño asunto: a quien quería conquistar no era a otro que a SanDu-ShengShou; y eso, lo podían jurar, no iba a ser tan sencillo.
Jiang Cheng estaba seguro de que Lan XiChen desconocía todos los riesgos que conllevaban el cortejarlo. Podría asegurar que el hombre no sabía lo malo que era estar a su alrededor y él se encargaría de mostrárselo. Cuanto antes notase la terrible idea que era salir con él, más rápido podrían darle fin a ese ridículo asunto para volver tranquilamente a sus vidas.

Purple CatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora