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Abrí los ojos
me paré y el dolor comenzó;
empieza como un latido
me vuelve tonta
y carajo, como duele.
Cada vez que me acuerdo
de mi pequeño monstruo
y de que me persigue la muerte,
empiezo a temblar.
Mi monstruo vive en mi cabeza
tiene el tamaño de mi ojo
y no me deja pensar bien
ni tomar decisiones
mi monstruo me come de a poquito
y la muerte me toca la espalda de vez en cuando.
Y quien sabe si es verdad o el monstruo me puso en la cabeza
aquel pensamiento
de que irme
estaría bien
Muy bien.

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