Capítulo 1."Aquel maldito claxon"

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2014.

-Entonces la pelota se disparó hacia la estantería del salón y cuando ella fue a cogerla se le cayó encima. La llevamos al hospital y despertó el mismo día después de varias descargas. Se llevó un buen golpe. -Mamá nos contaba a mi y a mi familia una vez más la historia de cuando acabé en el hospital en 2010. Nos habíamos juntado todos porque decidí mudarme a Madrid. La vida en Barcelona era horrible. Cada noche lloraba, sentía que algo me faltaba, ¿pero el qué? Era extraño. Yo no recordaba nada de aquel día. Mi madre siempre dice que la estantería me dio tal golpe que perdí la memoria. Y vaya si lo hice. Recuerdo mi vida desde que desperté en el hospital. Pero no recuerdo absolutamente nada de mi pasado, ni si quiera a mi familia. Si mi madre no me dice que es ella yo no lo habría sabido en ese momento.

Siempre me han dicho lo gordita que estaba antes y lo claro que tenía el pelo. Por lo que sé, antes tenía los ojos marrones porque usaba lentillas y me las compré con color, ¿por que haría eso? Mis ojos me encantan, nunca me pondría lentillas de otro color. Mamá tiene guardada una foto mía de antes y la verdad no parezco yo. Ahora estoy delgada, tengo el pelo negro y muy largo. Los ojos claros y mis labios siempre están rojos. Estoy acostumbrada a maquillarme los ojos también. La foto está partida, cómo si alguien hubiese roto una foto de dos personas, pero nunca le he dado importancia alguna.

Por fin, toda mi familia se marchaba de la casa de mis padres y por ahora, mía también. Me deseaban suerte y me decían que me iban a venir a visitar pronto, cosa que no creo que se cumpla.

Desperté por la alarma de mi móvil. 5:00 am. Mi vuelo salía a las 7:00 am y quería llegar con tiempo.

Despues de un viaje que se me hizo eterno, llegué a Madrid. El aire que se respiraba era tan agradable. Me sentía por fin libre. Nueva ciudad, nueva casa, ¿nuevos amigos? No tengo tiempo para eso, tengo que buscar un trabajo ya que dejé el mío en Barcelona, pero si conozco a alguien, pues genial.

Llegué a mi casa, era un edificio muy nuevo y el portal era muy bonito. Subí a mi casa, era un ático en el último piso. La casa era enorme, espaciosa y con buena luz. Lo primero que hice fue subir a mi habitación. Era muy grande, tenía un baño y el techo de cristal por el cual se veía el cielo. Llamaba mucho la atención, era precioso. No tenía más ventanas que esas. Había otras dos habitaciones, pero sus ventanas eran normales, aunque muy bonitas.

Dejé mi bolso y las maletas en frente de la cama. Quería gritar de lo bonita que era la casa.

Decidí salir a buscar trabajo pero en ningún sitio buscaban nuevos empleados.

-Vaya... -Dijo un señor detrás mío. Le miré y me observaba de arriba a abajo. Reí nerviosa y tímida -¿Buscas trabajo?

-Si... ¿cómo lo sabes?

-Llevo mirándote un rato, eres más guapa de cerca todavía.

-Muchas gracias...

-Estoy buscando chicas como tú... Explosivas. Tus ojos tan claros, tu pelo negro y largo, tus labios rojos y tu tipo son perfectos. Tengo una agencia de modelos y ahora mismo tenemos un trabajo para una revista entre manos. ¿Te gustaría?

-Vaya, la verdad es que me encantaría pero no se si...

-¡Pues todo genial -Me interrumpió -Envíame por correo tus datos para apuntarte en la agencia. En dos días se hará la sesión de fotos. Me parece que es para la nueva colección de verano. Cuando me mandes tus datos te enviaré la dirección. ¿Sin problemas, no?

No sabía si aceptar, era un completo extraño pero necesitaba un trabajo. Le dediqué una sonrisa indicando que aceptaba y me dio su tarjeta en la que ponía su nombre, su número de oficina y su correo electrónico.

Llegué a casa y caí rendida al sofá, que no duraría mucho tiempo ya que tenía pensado comprar muebles nuevos. Escribí mis datos, así como el color de pelo, estatura, nombre... Y lo envié. En menos de 15 minutos recibí el nombre del lugar, estaba cerca de Gran Vía, lo cual me aterraba pensar en la gente que habría en la calle.

Sí. Tengo un miedo increíble a la calle. Siento que todas las miradas se clavan en mi y me critican. Si pudiese quedarme el resto de mi vida en casa, lo haría.

Me fui a la cama y me quedé profundamente dormida.

Uno...
Alguien a mi alrededor contaba las veces que esa maquina me tocaba.
Dos...
Una lágrima cayó en mi mejilla, pero no era mía. ¿Dónde coño estaba?
Tres...
-¡Vamos Lana! ¡Despierta! -Había mucha gente rodeándome, o eso era lo que yo sentía. ¿Quién era Lana? ¿Y yo? ¿Cuál es mi nombre?
Cuatro...
Sentía cada vez más fuertes las descargas que esa cosa me transmitía
Cinco...
La gente que había en ese extraño sitio estaba llorando. Gritaban un nombre... "Lana" y juraban venganza a alguien más, no logré escuchar ese nombre
Seis...
¿Por qué siguen intentándolo? ¿Dónde estoy?
Siete...
Sentía tanto dolor que me quería morir ahí mismo.
Ocho...
Escuchaba a esa gente de lejos. No podía despertar por más que quisiera.
Nueve...
-¡LANA, HIJA! -Una voz femenina gritó mi nombre antes de lanzarse a mi para darme un abrazo. Abrí los ojos y no reconocí a nadie. Ni si quiera a esa mujer.

Todo se volvió negro, ¿dónde había ido esa mujer? ¿Y todas las personas de la habitación? Sólo se veían dos luces cada vez más grandes. ¿Me iba a morir?

Una chica gritaba un nombre imposible de descifrar cual.
Sonó el claxon de un camión.

-¡NO! -Grité sentándome sobre mi cama.Otra vez me ha vuelto a pasar. Otra vez ese grito y aquel claxon. Mi cuerpo temblaba a la vez que mis lágrimas mojaban mi pijama. Mi almohada estaba empapada en lágrimas.

Llevo soñando lo mismo desde que me desperté en aquella estúpida habitación de hospital.

¿De quién era esa grito?

¿Cual era el nombre que mi mente repetía cada noche?

¿Y el claxon? Aquel maldito claxon era una pesadilla cuando estaba dormida y cuando estaba despierta.

Ese jodido sonido no salía de mi mente, pero nunca lo he escuchado antes.

Al menos no que yo recuerde.

Ahora y siempre (Rubius y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora