Ahora y siempre (Rubius y tu)

Capítulo 2. "Rubius... Rubén"

Una semana llevaba en Madrid y ya tenía casa, trabajo y una amiga. Hasta me atrevo a decir que un coche. Ya que con la paga que me dan por salir en una revista, sólo necesitaría una paga más para comprar el coche que tenía pensado.

Había conocido a una chica bastante agradable. Era la fotógrafa de la sesión de fotos. Tuve tiempo de hablar con ella. Le pregunté porqué yo era la única en la sesión y me contó que el señor que me había contratado no quería otra cara para la revista. Sólo me quiso a mi a pesar de las muchas candidatas que tenían.

Ella tenía 21 años, un año menos que yo. Era castaña de ojos marrones. No era lo que se dice un pivonazo, la verdad. Pero era tan adorable que no importaba nada más. Se llama Ana. Me invitó a pasar una tarde con unos amigos para que conociese gente ya que le dije que me había mudado hace nada. Intenté negarme por activa y por pasiva pero consiguió convencerme. Me aterraba tener que salir, pero si sólo iba a ser un día me podría aguantar.

-Ana... ¿Y si les caigo mal? -Le pregunté con mis dientes deborando mis uñas. Nos dirigíamos a un parque natural.

-Les caerás bien. Y te van a encantar, son muy agradables -Me dijo con una gran sonrisa. -¿Te puedo preguntar algo?

-Si -Dije nerviosa sin prestarle mucha atención.

-¿Por qué tienes tanto miedo? Quiero decir, es como si pensases que alguien te va a pegar. ¿Tu no sales mucho, no?

-Bueno, hace cuatro años tuve un accidente...

-¿Qué te pasó? -Me interrumpió ella sorprendida

-Se me cayó una estantería encima, según mi madre. Desde que me desperté en el hospital mi madre no me deja salir a la calle. De echo no he tenido nunca novio porque ella no quiere que me relacione. No salgo a la calle, quizá mi madre ha hecho que me de miedo hacerlo, no lo sé. Al menos desde hace cuatro años. Antes del accidente no recuerdo nada de mi vida. Ni si quiera recordaba a mi familia al despertar. Y si te digo la verdad, no sabía mi nombre tampoco.

-Joder Lana... Siento haberte hecho venir... Pero lo vas a pasar bien, te lo prometo.

Los otros cinco minutos que nos quedaban, me estuvo contando que los cuatro chicos a los que íbamos a ver se dedicaban a hacer vídeos. Me pareció bastante curioso. También dijo que me harían reír un montón.

Llegamos al parque natural donde más de cuatro personas, que eran las que yo esperaba que estuviesen, hablaban y se reían en un círculo. Miré a Ana con preocupación antes de acercarnos a ellos y ella me sonrió y me susurró "tranquila".

-Vaya no sabía que hoy os juntaríais todos -Dijo Ana al grupo, que aun no se percató de nuestra presencia. Todos se pusieron de pie. Ana saludó a todos y noté las miradas atentas en mi. Si esto seguía así, me iba a empezar a morder los dedos también.

-Esta es Lana, chicos -Ana me presentó. Uno a uno me saludaron. Algunos tenían nombres bastante extraños... Mángel, Curricé, Cheeto... Luego estaban Alex y Guille, y por último un chico al que no había saludado aún.

Se puso frente a mi para saludarle. Mi gran sonrisa desapareció en cuanto le miré a los ojos.

¿Por qué sentía ganas de llorar? Esos ojos me eran tan familiares que de alguna forma dolía como si algo dentro de mi quisiera salir para gritarme quien era ese chico. Pero no le conocía de nada.

Todo se volvió oscuro.

Una chica gritó y un claxon fue lo último que se escuchó.

Una lágrima cayó de mi ojo derecho. Sacudí mi cabeza para sacar ese pensamiento que me vino a la mente por traición. Estaba a punto de caerme pero unas manos me agarraron por detrás. Era uno de esos chicos. Mientras, el chico que tenía delante me sujetaba por los brazo, yo hice lo mismo sin darme cuenta.

-¿Estás bien? -Su voz me sacó de mi trance.

-¿Te conozco? -Le dije sin pensarlo dos veces

-No, pero es como si te hubiese visto en alguna parte -Dijo el al mirarme a los ojos. Se quedó casi tan sorpendido como yo.

-Soy Lana -Dije con una sonrisa

-Rubius... Rubén -Dijo dándome dos besos.

Fue una larga y preciosa tarde.

Pero aquel chico... Juraría haberle visto en alguna parte.