¿Realidad o Ficción?

Me llamo Matias.

Era un día cualquiera, me encontraba en mi cuarto, sumergido en un mar de pensamientos cuando de pronto siento el timbre de mi departamento, me demore un poco en "salir" de los pensamientos en los cuales estaba sumergido- ¿Quién es? - Exclamé desde mi habitación.

- ¡Es Juana! - en ese momento me levante muy apresurado de mi cama porque lo único que necesitaba era ver a mi mamá.

Abrí la puerta del departamento y la veo, una mujer con ojos verdes penetrantes, que le venían muy bien a su cara -Adelante mamá- hice el gesto para que pasara a mi hogar, solo me quede observándola y al momento de unos segundos de contemplarla me interrumpe su voz la cual era muy cálida.

-Te extrañaba bastante y andaba cerca de aquí por lo cual opté por pasar a visitarte, espero no incomodar-.

-Cómo crees, no interrumpes nada interesante, solo estaba descansando- En ese momento no quise darle más información de lo que estaba haciendo para no alertar a mi madre de que algo no estaba bien.

-Qué bueno que es así, no me gustaría sentir culpa por visitar a mi hijo- Cuando mi mamá termino su frase se vino a mi mente el por qué andaba sola tan lejos de su casa y porque pasaba a saludarme sin motivo alguno, me pregunte ¿Estará todo bien? a lo que pregunté- ¿Está todo bien mamá? me parece raro que andes sola por las calles y que andes tan lejos de tu casa-.

-La verdad es que no ando sola, pero tu papá no quiso subir a saludarte, aún sigue muy dolido porque te fuiste de la casa-.

Si, había dejado mi casa para irme a vivir solo, ya era un joven de 25 años el cual deseaba ser independiente y no estar viviendo con los padres toda su vida, era eso lo que mi papá Raúl no lograba entender, con él las cosas siempre fueron frías y nunca hubo un cariño de padre e hijo por lo que encontré extraño que no celebrara mi salida de ese infierno de casa.

-Yo no logro entender porque Raúl no entiende que me fui ya de su casa y que pretendo no volver nunca más, aparte todos saben que nunca hubo una relación de cariño entre nosotros- refuté.

-Pero pichoncito él es tu papá y te ama por sobre todas las cosas, le dolió que no le hayas dicho todo lo que estabas pasando y que a la primera oportunidad arrancaras como si alguien te fuese a matar-.

-Pero si nunca tuve confianza en él, como esperaba que le contara algo de lo que me paso ahí en su querido "hogar" como lo hacen llamar y no es más que el infierno, perdón mamá, pero para mí esa fue la realidad de vivir en su casa- su apodo siempre fue de mi agrado me hacía sentir protegido por ella, pero solo era un apodo y nunca fui protegido-Me encanta ese apodo pero que no se te olvide que me llamo Matías- le indique con un tono amigable.

Pasaron los minutos y Juana me indica que es tiempo de irse que Raúl la estaba esperando abajo y que se iría sin ella y eso sería catastrófico ya que ella no sabía tomar locomoción colectiva.

-Adiós mamá, por favor ven más seguido a verme que siempre te extraño mucho-.

-Matías tu sabes que para mí es difícil venir a verte, por mi trabajo, porque no se andar sola en las calles de Santiago-Ella era una mujer trabajadora a sus 60 años aún seguía trabajando, aunque solo le sirviera de terapia para escaparse de la realidad en la cual vivía.

-Lo entiendo, pero cuando quieras venir me dices y yo te envió a mi chofer para que te busque y te traiga a mi pequeño hogar-Después de que me fui de mi antigua casa la vida me dio muchas recompensas ahora era gerente de un banco, el cual era el más importante del país.

-Bueno mi pichoncito, te avisaré entonces para venir a verte, espero no venir sola y venir con alguna de tus hermanas-Tenia tres hermanas y dos hermanos mayores que yo, nunca me lleve bien con ninguno de ellos y le indique a mi mamá- Prefiero que pasemos un tiempo tranquilo sin ninguno de mis hermanos, tu sabes que mi relación con ellos nunca fue buena y que siempre me utilizaron como cajero automático solo para regalarles dinero-.