Hasta que florezca

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HASTA QUE FLOREZCA


Era de noche en una pequeña casa de madera en un lugar poblado de árboles y naturaleza, alejado del ruido y la contaminación de la ciudad de Gotham pero lo suficientemente cerca en el caso de que la dueña de la casa, Pamela Isley, más conocida como la villana Poison Ivy, una mujer de melena pelirroja, piel verduzca, ojos verdes y labios rojos cual manzana y ropas hechas con hojas y flores, necesitaba dinero para sus planes y sus queridas plantas que cuidaba en su amado bosque e invernadero/laboratorio. Desde muy pequeña había amado las plantas y cuando consiguió sus poderes pudo sentir por completo esa conexión que tenía con la naturaleza aunque había aumentado su odio por los humanos que sólo se dedicaban a matar a sus queridas e indefensas plantas, es por ello que siempre intentaba crear un plan donde predominaran sus amigas y volviera la Madre Tierra a su estado natural pero con Batman de por medio sería muy difícil.

Sentía que nadie la comprendía, que todos los seres humanos eran estúpidos y crueles puesto que a pesar de que sabían los grandes daños que estaban causando al planeta, les daba igual y seguían con esa contaminación y ese dolor tan inmenso que sentía la naturaleza y que ella podía oír a la perfección. A veces los gritos de sus compañeras era tan fuerte que la ensordecían e incluso podía llegar a sentir su eterno y agonizante dolor pero se sentía impotente por intentar tantas veces ayudar y no lograrlo.

Era una sensación realmente amarga sobretodo cuando recientemente estuvo tan cerca de conseguirlo y ahora volvía con el rabo entre las piernas recuperándose de las heridas que sufrió, al menos pudo escapar y no fue a la cárcel.

De pronto notó que alguien se aproximaba a sus dominios y se puso en alerta, seguro que era Batman detrás de ella y aunque estuviera herida y cansada no iba a permitir dejarse apresar.

Usó sus poderes haciendo que unas enredaderas de espinos la protegieran y listos para atacar al intruso pero en cuanto vio aquella sombra relajó un poco los músculos, no era Batman, así que, todavía con sus espinas cerca de ella fue hasta aquella silueta en la oscuridad y vio a Harley Quinn frente a la puerta de la casa principal llamando. Estaba de espaldas pero sin duda ese disfraz de rojo y negro de arlequín destacaba mucho y no había más locos que ella como para llevar esas ropas tan poco abrigadas en pleno invierno

– ¿Qué quieres? ¿Te manda el Joker? – sonó autoritaria la pelirroja todavía atenta por si era una trampa de aquel payaso loco.

La compañera y pareja del payaso se giró a ella lentamente y mostró una gran sonrisa llena de felicidad a pesar de que su aspecto decía todo lo contrario puesto que su ropa estaba hecha jirones, su mascara rota por el ojo izquierdo donde tenía un gran moratón, el maquillaje estaba corrido como si hubiera llorado y tenía el labio partido

– Hola pelirroja – sonrió con una voz que pudo notar que era de tristeza.

Ella tomó aire y suspiró, ahora sabía que venía como amiga así que abrió la puerta de su casa y le invitó a entrar, no le hacía falta saber qué podría haber pasado y estaba segura que esas heridas no eran causadas por el Caballero de Gotham.

– ¿Quieres lo de siempre? – preguntó haciendo florecer algunas flores para que fuera agradable la estancia y que la calmara con aquellas fragancias

– Cómo me conoces – sonrió totalmente feliz aunque Ivy sabía que aquello era una máscara pero estaba segura que pronto se despojaría de ella en cuanto hablaran

– Ahora vuelvo – dijo sintiéndose mal por ella y esperando que pidiera darle el consuelo que necesitaba, sino, ¿para qué más habría venido a ella? No tardó mucho en regresar con un batido de menta y chocolate y el botiquín para curar sus heridas que ya tenía previsto para sus visitas

Hasta que florezcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora