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Sofía, es nuestra protagonista, la protagonista de esta triste historia. Ella se está encerrando en sí misma. Siente que toda su vida está dando un giro de 360 °. Nunca sabe que será lo próximo que la dañará, el instituto es un infierno, su casa lo es aún más. Un día como otro cualquiera, sin ganas de nada vuelve a tumbarse en su cama, saca su móvil y mientras escuchaba música recibe una notificación, Twitter. Es un grupo, varios chicos con los que en seguida empieza a entablar amistad, "no hay nada de malo pensaba". Varios días después empezó ha hablar más con uno que con el resto del grupo. Llevaban un mes hablando, ella cada vez le cogía más y más cariño. Un día el tono de notificación de su WhatsApp volvió a irrumpir en su habitación, era el. Abrió la notificación y no se esperaba lo que leería en ese mensaje y el tormento que sufriría después de aquello, "Oye, no sé cómo decirte esto... Pero creo que me gustas". El chico se puso tan insistente que acabo accediendo a salir con el, jamás pensó que se pillaría por el. Unos meses después, ella estaba con sus amigos y recibió un mensaje de el, se apartó un poco de sus amigos y lo leyó: "¿Que haces?¿Dónde estás que no me lees?" Estaba con sus amigos, divirtiéndose, no había nada de malo en ello, le respondió un simple "con mis amigos" y apagó el móvil, no quería preocuparse por nada más. Tras meses las cosas empezaron a torcerse, empezó a recibir miles de insultos, incluso amenazas... Una noche, llorando, se harto y dijo, ya no más y aprendió que las relaciones a distancia no siempre funcionan, no sabemos quién puede haber detrás de esa pantalla, diciendo cosas bonitas que al fin y al cabo puede estar diciendoselas a 20 más, nos enamoramos de palabras que se las lleva el viento y no de los actos que son los que perduran en el tiempo.

El Diario De Una Chica Rota.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora