_¿Es el desierto?.
No, no lo creo, al menos no del todo.
No se ve nada en la lejanía, solo arena, ni siquiera tengo idea si es arena, tiene un color blanquecino, casi como si fuera nieve, pero la idea se va de mi mente con el calor que aumenta cada vez qué avanzo.
La capa con la que estoy tapado no ayuda mucho, estoy cubierto de cabeza a pies, no haría tanto calor si me la quitara, pero siento que si lo hiciera moriría a los pocos segundos.
No me acuerdo de como era mi cara, debajo de la capucha tengo unos googles y un trapo que cubre mi nariz y boca.
Tenía una esposa, creo, aparentemente era feliz con ella, solo tengo unos pequeños recuerdos de nosotros, todos parecían felices, al menos la mayoría lo eran, me gustaría volver a casa y comer su comida, no recuerdo si sabía bien, pero de cierto modo, el sentimiento es cálido, lleno de amor.
También tengo recuerdos desesperantes, pero son un poco borrosos, no escuchaba nada, estaba boca abajo, no sentía mi cuerpo, me intentaba arrastrar con mis brazos pero solo respondía el izquierdo con el cual solo logré moverme unos centímetros hacia adelante.
Me seguía arrastrando a pesar de la sensación de fragmentos de piedra incrustandose en mi cuerpo, dolía pero, por alguna razón no me detenía.
Después de avanzar, con la poca energía que me quedaba traté de levantarme y con mis últimas fuerzas le di mi mano a una silueta que me extendía la mano para ayudarme.
Eso era todo lo que tenía, hasta que en un punto de mi caminata cambió mi perspectiva.
El paisaje a mi alrededor se despedazaba, sobre ponía un paisaje, como un mal holograma tratando de falsificar el entorno, ahí había una persona en el suelo, arrastrándose, a pesar de verse aturdido, tenía una gran determinación de avanzar, como si el sujeto hubiera sido programado para hacerlo.
Era sorprendente cómo el sujeto se arrastraba con sólo su brazo izquierdo, el derecho estaba destrozado y las piernas parecía que habían sido cortadas de tal forma que fueron cauterizadas, evitando así una hemorragia.
Conforme veía al sujeto, un sentimiento de empatía se hacía más fuerte, y alcanzó su esplendor cuando después de arrastrarse unos metros, llegando a mis pies, alzó el brazo en busca de ayuda, de forma instintiva mi mano derecha se lanzó para evitar que la suya tocara el suelo, por un segundo había olvidado que era un holograma.
Para mi sorpresa el brazo que salió de mi manto era de metal, estaba desgastado pero lo suficientemente pulido para reflejaba mi rostro, en el cual un punto brillante rojo resaltaba del cristal que cubría mis ojos, pero no era tan sorprendente como la escena que se seguía desarrollando a mis pies.
La animación seguía, su brazo cayó sobre el cuerpo de una mujer, la cual parecía haber fallecido unos segundos atrás, el sujeto dijo unas palabras; que no se entendieron por la naturaleza del holograma, un pétalo quemado se balanceaba mientras caía en frente de mi, intente sostener uno con mi mano metalizada pero en el momento que el sujeto falleció el holograma terminó.
Había vuelto al desierto blanco, seguí caminando mientras pensaba en lo que acababa de pasar, cuando un pensamiento cruzó por mi mente, "Esa mujer...era mi esposa", en ese momento entre en pánico, no solo por ese pensamiento, si no por la cantidad de memorias que llegaron a mi cabeza, casi rompiendo mi mente.
Solo pude arrodillarme mientras mi mente y mi mundo se caía a pedazos, una ráfaga de viento me golpeó arrebatando aquel manto que me cubría y mirando a través del reflejo de mi brazo a mi horrendo y metalizado ser, solo podía esperar y ver que pasaba, hasta que todo se apagó de golpe.
Solo podía escuchar sonidos sordos pero se alcanzaban a distinguir una voz.
_Prototipo fallido, el sujeto número 13 recuperó sus recuerdos, pasaremos a reiniciarlo
Reiniciando secuencia...
_¿Es el desierto?
No, no lo creo, al menos no del todo...