OUTRO: HER ( fem!솝 )

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❝✦ Contenido lésbico; temática fuerte; contenido sensible; mención de otros ships; edades alteradas; genderbend.

041119 — © jxnyxxn
No copiar ni adaptar.

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Eres mi inicio y mi final,
¿acabarás conmigo?
Parte única.

—Estoy en casa.

Sus palabras se perdieron en el silencio del apartamento sucio y maltrecho, arrancándole un suspiro. Lanzó su bolso al pie de la cama y se dejó caer sobre el colchón desnudo luego de encontrar el lugar desolado. Sólo entonces, se permitió mostrar el cansancio que siempre ocultaba.

—Bienvenida —respondió una voz suave y alegre, casi cantarina.

Después de sobresaltarse ligeramente, YoonJi alzó el rostro.

Estaba tan agotada física y mentalmente que no había notado que Hosook acababa de entrar en la habitación y se encontraba tomando asiento frente al tocador, dándole la espalda. Su fino cuerpo se hallaba cubierto únicamente por una tosca bata de algodón verde, y su cabello largo y ondulado húmedo.

—¿Qué tal tu día? —preguntó seguidamente Hosook.

YoonJi, que no había dejado de mirarla, suspiró y escondió su rostro entre sus manos tras asegurarse de que la bufanda negra estuviera bien ajustada a su cuello.

—De la mierda —respondió de forma ahogada, ganándose una débil risita.

—Lo supuse.

—¿Tomaste tus medicinas? —alzando la cara abruptamente, Yoon inquirió, como si acabara de acordarse.

—Sí —sonrió Hosook.

Ante el silencio de la mayor, la aludida añadió:

—¿Quieres contarme qué pasó?

Un breve silencio se hizo presente de nuevo. En ese pequeño lapso, YoonJi apartó la mirada y vaciló, y cuando Hosook se había resignado a que la de cabello negro no cedería a contarle sus pesares —como siempre—, esta respondió:

—Ese bastardo de Jeongguk no quiso darme más de diez mil won por la maldita canción.

En el reflejo del espejo, el ceño de Hosook se frunció inconscientemente y sus labios se volvieron un triángulo sin querer. YoonJi la miró en silencio, recargando su mentón en la palma de su mano, y tan tierno le pareció dicho gesto que casi sonrió por primera vez en el día.

—Te dije que dejes de venderle tus canciones a Jeon si no te ofrece lo que realmente valen.

«Como si a Jeon de verdad le interesaran las canciones» pensó YoonJi con amargura, odiándolo un poco más al recordar su mirada lasciva y su toque grotesco.

—¿Ah, sí? ¿Y cuánto valen? —se obligó a sonreír con petulancia, en un vago intento de ignorar el rencor y la impotencia creciente en su interior.