En un mundo post apocalíptico donde el planeta ha sido invadido por alienígenas y la raza humana se ve al borde de la extinción, la piloto y capitán Lexa Müller se verá en una encrucijada cuando se cruza con Clark, una dulce e inocente chica en apri...
Escuchamos que Lexa y Greg estaban bajo ataque de un Jark en el aire y con Karen nos pusimos nerviosas. Más que nada por Greg, ya que es un niño. Aron había corrido a la sala de mando para comunicarse y ver que estuviera bien. Los minutos fueron eternos hasta que vimos venir corriendo a Greg de lo más feliz.
“¡Greg!”
Dijo Karen y corrió para abrazar a su hijo. El cual miró a su madre de lo más feliz.
“¡Mamá, le disparé a la nave Jark!”
“¿Qué? ¿Cómo que le disparaste a la nave?”
“¡Sí! El Jark destrozó el arma de Lexa y ella tuvo que enseñarme a disparar porque solo yo podía hacerlo.”
Karen me miró asombrada y no podíamos creerlo. La vimos a venir a lo lejos con Aron y corrí a sus brazos.
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“¡Lexa!”
Le dije una vez que estuvo bien cerca de mí. Me abrazó al instante y miró a Karen.
“¡Tu hijo salvó mi vida esta tarde, Karen! No estaríamos aquí de no ser por él.”
Dijo mientras me abrazaba por la espalda, apoyando sus manos en mi vientre. Dejé reposar las mías sobre las suyas al instante.
“¡Te dije que cuidaría a Lexa, tía!”
Me dijo Greg y Karen le sonrió llorando de emoción. Mamá aparecía a nuestro lado para hablarle a Greg y solo pude mirar a Lexa, una vez que me giré, de frente. Estaba muy feliz de saber que nada le había pasado y tuve que agradecer a mi héroe.
“¡Greg!” Dije llamando su atención y me miró. “¡Gracias!”
Lo vimos sonreír con orgullo y un ego sin igual, comenzando a contar que el Coronel le había dicho que comenzaría la escuela de pilotos, cuando sentí que llamaban mi atención. Lexa tomó mi mentón para hacer que la mirara, lo acarició al mismo tiempo que se acercaba y cerré los ojos para recibir sus labios.
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Todo desapareció a mí alrededor, lo único que sentía eran a Lexa tomarme y devorarme con ternura. Me regaló un beso de lo más impresionante que me enamoró de ella. Su mano izquierda estaba apoyada en mi cintura y la derecha me sostenía el rostro con dulzura. Me llevó a las estrellas sin necesidad de un avión. Estar de esta manera con ella me hizo sentir completa como jamás me sentí. Fue un simple beso, un roce de labios maravilloso. Una vez que se alejó, observó a Gregg mientras me abrazaba y yo trataba de recomponerme del beso que nos acabábamos de dar. Preguntándome cuándo pasamos de ser dos desconocidas a sentir esto tan rápido. Logré ver a mamá mirarme junto con Karen sonrientes. Habían visto nuestro beso y me avergoncé. Sonreía cuando sentimos un golpe fuerte en el techo. Lexa me miró mientras escuchábamos a alguien venir corriendo.
