Mi Perdición Eres Tú

CAPÍTULO IV

Sakura estaba aún en el shopping, ya habían salido del cine y sólo recorrían las tiendas. Raiko se acercó a una. Era de ropa de mujer.

Raiko: Nii-san - la llamo.

Sakura se acercó a él, Raiko apuntaba un vestido hermoso.

Raiko: A mamá le gustará - dijo con una gran sonrisa.

Sakura asintió y llamo a una de las em-pleadas de la tienda.

- ¿Si?¿Desea algo señorita?¿La ayudó con algo? - le preguntó.
Sakura: Quiero ese vestido en talle 4 - dijo mientras apuntaba el vestido.

Era un vestido largo de color rosado, el vestido tenía unas cintas en la espal-da. Era de los vestidos que normalmen-te usaba Tsunade.

- Claro, vaya a la caja y se lo cobro - le dijo.

Sakura pago y le dio la bolsa a Raiko, el niño iba feliz con la bolsa.

El corrió a hasta la parte de juegos del shopping pero Sakura recibió una lla-mada.

Raiko: ¡Nii-san! - le gritó desde los au-to chocones.
Sakura: Un momento - contestó la lla-mada.

Sakura Vio que era su tía Kurenai, era mejor dicho su madrina.

Sakura: ¿Hola?¿Tia? - preguntó
- Llanto -
Sakura: ¿Tia Kurenai? - preguntó de nuevo.
Kurenai: ¿Saku?...- llanto.
Sakura: ¿Tia?, ¿a pasado algo? - preguntó.
Kurenai: Saku...tus..padrrs - Llanto.
Sakura: ¿Qué paso?, tía dímelo, me estás asustando - dijo.

El hermano de Sakura se acercó a ella. La abrazó, abrazó su pierna. Puso cara de cachorro.

Sakura: Espera...es la tía Kurenai - dijo.
Raiko: Sii, ¿Qué quiere? - le preguntó.

Kurenai: ¿Saku?¿Hija? - Sakura re-greso a su conversación telefónica.
Sakura: ¿Tia?¿Tía? - preguntó sólo se escuchaba llantos.
Kurenai: Saku...¿Estas sentada? - le preguntó.
Sakura: No, ¿Porque? - preguntó con desconcierto.
Kurenai: Siéntate...por favor - dijo con voz calmada y dulce.
Sakura: Espera...- dijo.

Sakura tomó la mano de Raiko y salie-ron del Shopping.

Sakura: Vamos a la cafetería - le dijo a su hermanito.

Lo cargó y cruzaron la calle, enfrente del shopping se encontraba la cafetería a la cual va junto a sus amigos.

Cafeteria: Coffe Aurora - decía el car-tel de la entrada.

Sakura ingreso a la cafetería.

...

Sasuke estaba en la cafetería había pe-dido un expreso y un croasam. Se lo trajo una hermosa señorita.

- Su orden joven - le dijo.

Era alta de cabello largo, azabache co-mo el suyo. Sus ojos eran extraños pe-ro exóticos. Era prelados, era bellísima su cuerpo era escultural, era una diosa.

Sasuke: Gracias, hermosa - agregó con una sonrisa de don Juan.
- Emm...gracias - se sonrojo la joven, tan roja como un tomate.

A Sasuke le gustaban los tomates y me-jor si eran como aquella joven.