Un doce de febrero YoungJae recibió la peor noticia. JaeBum había sufrido un accidente de auto junto a su hermano mayor. Preocupado, fue a verlo.
Lo encontró tendido en una cama. Estaba consciente ya, no había sido algo terrible pero su cuerpo dolía horrible.
—Oh, Dios mío. Hyung, ¿estás bien?
Acarició su rostro con total delicadeza y después le plantó un beso suave en los labios, sin querer dañarlo.
—No pasó nada. Estoy bien. Le dije a mamá que no te llamara.
—¿Que no me llame?, hyung...
Nota que el más joven está por perder el control, así que extiende su mano para que la tome. Y lo hace.
—Ya, bebé. Está bien. Me duele todo...
—¿Cómo está tu hermano?
—También está bien. Solamente es dolor corporal y uno que otro rasguño. Creo tener una idea de cómo aliviar el dolor, ¿podrías ayudarme con eso?
—JaeBum, si es algo de una de tus cosas pervertida ten por seguro que no...
—No es nada pervertido pero necesito que prometas que lo harás.
—Lo prometo.
—Canta para mí.
Y segundos después el menor comenzó a cantar para su novio. Era una habitación para sólo ellos dos, por ello no tenía tanta vergüenza.
Y mientras canta se da cuenta de lo enamorado que está. Se da cuenta de que, cualquier cosa que JaeBum necesite, siempre iba a ceder. Por amor.
"La forma en la que cantas es tan dulce para mí. Es suficiente para hacerme sentir como nuevo."
F I N