E I G T H

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15 de Febrero del 2014.
Seúl, Corea del Sur.

- ¿Te encuentras bien Jinmi? - preguntó la maestra.

Todas las miradas se dirigieron hacía a mi, entre ellas la de él. Sólo asentí con la mirada, lo mismo me había preguntado mi mamá, no sabía el por qué me lo preguntaban. Aunque, en algunas ocasiones me sentía incómoda por que todo el mundo me lo preguntaba.

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- Jinmi, Te noto más pálida, ¿Segura que te encuentras bien? - preguntó Syung.

- Sí, ¿Tan mal me veo? - cuestioné a mi amiga.

- Te ves, de la patada - hizo un ademán.
Sólo pude reírme ante sus acciones que hacía.

- Mmm, entonces creo que me pasé con el maquillaje, ugh nunca más lo usaré - comenté lanzando los brazos hacia arriba.

- Espera ¿qué? - me detuvo con su brazo, impidiendo que siguiera caminando - Tú nunca usas maquillaje, explícate.

- Bueno, yo tal vez quise experimentar con los cosméticos y no resultó - sonreí en forma de nervios - Si es así el caso, ¿me ayudarías?

- ¿Qué? ¿Sabes cuánto tiempo esperé a que me dijeras esas palabras? Vamos ahora mismo al baño - jaló de mi mano y automáticamente mis pies siguieron sus pasos.

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- Y.. bien, ¿cómo me veo? - pregunté haciendo una pose sexi.

- Horrenda si vuelves a hacer esa pose sexi, o el intento de una pose - dijo señalándome.

- Lo que a ti te falta es sentido del humor - bufé.

- Perdóname querida, por no tenerlo, aún así me amas - lanzó un beso hacía a mi. Fingí atraparlo y lo lleve a mi corazón, junta con una expresión de estar encantada.

- Bueno, pero ¿cómo me veo? - dije esperando su respuesta.

- Estupendamente divina - dijo con una sonrisa.

Asentí y me miré en el espejo, aunque noté que se empezaba a caer más el cabello, trate ocultarlo con algunos mechones de otras zonas de mi cuero cabelludo, para evitar que se viera.

Salimos del baño y nos fuimos directo al salón, dónde nos tocaba la siguiente clase.

- Psst - dirigí mi mirada en dónde se había escuchado el sonido. Syung siguió caminado y me dirigí en donde se había escuchado.

- Mira quien está aquí, nada más y nada menos que Jackson Wang - alcé una seja y crucé los brazos en forma divertida - ¿Qué haces metido en las plantas?

- Lo que pasa es que, perdí su llave de su locker hace unos días y me quiere asesinar por que dijo que había algo importante ahí - ¿Algo importante? ¿Qué podría ser? ¿Acaso son mis cartas? Si es así, tal vez fue por eso que no fue a la cita de ayer.

- ¿Algo importante? - pregunté haciéndome tonta respecto a eso.

- Sí, por lo que me ha contado era algo relacionado con unas cartas o algo así - Todo tenía sentido ahora, y no pude evitar sonrojarme ya que eran importantes las cartas que le escribía.

- ¿Estás bien? De repente te pusiste roja, ¿Te sientes mal? - se acercó a mi para tocar su mano en mi frente para comprovar si tenía temperatura.

- Aquí estás Wang, te he estado buscando. Te lo voy a repetir ¿dónde están mis llaves? - dijo jadeando Youngjae.

Yo por mi parte me quedé petrificada, al escuchar la voz de la persona que me gusta.  Volví a sonrojarme inconscientemente.

- Espera, estoy con Jinmi, creo que tiene temperatura - me señaló con su cabeza, por parte de Youngjae dirigió la mirada hacia a mi.

Juro que por este instante me voy a desmayar.

- ¿Te encuentras bien? - Oh no, me puse más roja que un jitomate. Él abrió más los ojos al notar el cambio de color de mi piel.

- ¿Segura que estás bien Jinmi? - preguntó Wang preocupado.

Sólo pude asentir con la cabeza, no podía articular ninguna palabra en este momento, no salía alguna, es como si el ratón me hubiera comido la lengua.

- Apártate Jackson, lo estás haciendo mal, así no se hace para checar el pulso - Quitó a Wang en un abrir y cerrar de ojos, y estaba justamente enfrente de mi.

Dios mío ayúdame.

- ¿Puedo tomar tu mano para medir el pulso? - preguntó mirándome a los ojos.

- Cla...claro, sí - mierda, sentía que iba a colapsar en este instante.

Tomó mi mano de una forma tan delicada como si se tratase de porcelana. Y puso dos dedos cerca de la muñeca, por mi parte sólo me dedicaba a ver sus facciones.

Como me encantaba el lunar que tenía debajo de su ojo derecho, y sus labios. Tan sólo con poder tocarlos me bastaba, para saber que eran más suaves de lo que se veían.

- Wow, tu pulso es muy rápido, no creo que sea normal ¿Te parece si vamos a la enfermería?

De un momento a otro me sentí mareada, y me sostuve fuerte de su hombro.

-  Jinmi, ¿todo bien? Te pusiste más pálida.

- Si, yo...yo estoy bien grac... - Y de la nada perdí mi equilibrio, cerraba mis ojos poco a poco, sólo podía escuchar un sonido agudo en mis tímpanos, no podía comprender lo que decían parece que todo se había vuelto en cámara lenta y ya no supe nada en ese instante.

A N G E L 《Choi Youngjae》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora