Existe una orden llamada Hueco 7, una orden tan poderosa que permanece secreta, y cuyos miembros se van integrando entre periodos largos de tiempo, esta orden a prevalecido por tanto tiempo que logró convertirse en algo mucho más grande y domaron las salvajes tierras de lo que hoy se conoce como Anaco. Deiniel, el señor del mar, Rey de lo virtual, fue proclamado líder y dueño de parte de las tierras sureñas, de las tierras del sureste, y parte del este. El Feto, el último de su especie antes conocida como los Fetos, fueron una raza destructora y vengativa, dueño de parte de las tierras del este y del noreste. Deivis, un ser enviado por el mismísimo Dios Sergio, como una voz para la raza Asítica de Anaco, proclamado Rey de Hielo por el mismísimo Dios Sergio, voz de los Gigantes de Hielo, dueño de las tierras norte y noroeste. Xavielys, conocida como Madre de Enanos pero sin un título oficial, señora del cielo y reina de lo virtual, gobierna las tierras oeste y parte del sur, siendo muy querida por los pueblos enanos que viven en los alrededores. El área central se formó para controlar las áreas exteriores, el centro es gobernado por los 3 miembros del Concejo Supremo, Jhonathan, conocido como Rey Flaco, es el encargado de administrar las diversas colonias alrededor de la Citadel y controlar al ejercito de la ciudadela, José, el Diacono Oscuro, nuestro gran sacerdote, es quien nos transmite la voz de Dios Sergio y la hace llegar hasta nosotros a través de su templo, y Juán, El Rey Sabio, encargado de administrar Citadel, comida, agua, lo que sea y también las relaciones exteriores, que ahora ocupa la mayor parte de su tiempo en rescatar todo lo que pueda de las tierras afectadas por la post-guerra.
Todos ellos conforman la Orden del Hueco 7 y son los protagonistas de esta historia.
Han pasado dos semanas desde que murieron los reyes de la guerra...
––¿Cómo van las cosas?–– Pregunta Juán a su colega concejero, Jhonathan ––Quiero que empieces por Citadel esta vez...
––...
––Jhon...
––De mal en peor, la situación no quiere mejorar... los ciudadanos de Citadel están por un lado aliviados porque retomaste la administración, pero por otro te guardan rencor por todo lo ocurrido.
––Carajo... ¿Qué hago, les doy un bono?
––Juán, ¿Cómo fue que llegaste a desesperarte tanto?
––No lo sé... Creo que la presión de liderar... el no querer cagarla me hizo cagarla al final, es como si fuera una evaluación a gran escala, pero esta vez hare todo lo posible para reparar mi error.
––Ya lo pasado se queda pasado, ahora tenemos otros problemas, además de los civiles, el ejército está descontento con tu cargo.
––Resume
––Se escucha en las barracas, que mataste a Raúl para volver al cargo de gobernante, y sabes que el ejercito es fiel a Raúl.
––Ok, eso sí es grave, ¿de quién fue la idea de poner a un montón de fanáticos locos para que fueran nuestras fuerzas armadas?
––Raúl.
––Claro.
––Como sea, si las cosas siguen así, lo más probable es que estalle otro golpe de estado, que el ejercito completo se levante y se ponga en nuestra contra, y no hay nada peor para un gobierno que su ejército este de su contra... creo.
––De seguro hay cosas peores. Mejor dejemos eso a parte, infórmame como están las cosas en el Oeste.
––Un infierno, los Asíticos restantes están sufriendo por la post guerra, muchos ya no tienen hogar y se quedaron sin un líder que los guie, no creo que quieran recibir nuestra ayuda después de todo lo que ocurrió.