El reflejo en el espejo.

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Tenía solo 4 años de edad cuando fui testigo de todas aquellas muertes que fueron reflejadas en aquel espejo... Ese espejo que todos decían estaba maldito, la mayoría había muerto con tan solo ver su reflejó. ¿Suena estúpido no es así?, Pues no lo es.
La primera muerte que mis ojos presenciaron fue la de mi niñera, era una mujer mayor de carácter firme, no se doblaba ante nada, siempre tenía una mueca en su rostro viejo y arrugado, su cabello era totalmente canoso y constantemente lo tenía atado a un chongo. Durante el tiempo que me cuido solo fue cruel y despiadada, solía darme pellizcos o jalones de cabello, mencionaba que de esa manera se tiene el control total de un niño. Mis padres lo aprobaron.

El día que ella había muerto se encontraba en el sótano donde el espejo había sido encontrado, se mencionó que había bajado en busca de un vino que la familia guardaba allí, pero cuando bajo nunca subió nuevamente solo se escuchó el grito desgarrador de una vieja de 78 años que pedía ayuda pero su auxilio fue en vano. Su rostro era irreconocible se había derretido totalmente, se investigó y se descubrió que un ácido había quemado su rostro, lo que alguna vez fueron sus ojos o donde estuvieron ellos solo quedo un agujero negro en ellos, toda su piel había comenzado a desgarrarse y en su torpe intento de impedirlo lo empeoró; al haber puesto sus manos en el con sus largas y filosas uñas solo logro que el progreso de su muerte fuera menos lento arrancando su propia piel. Después de eso nuestra casa estuvo durante vigilancia, éramos los principales sospechosos pero al poco tiempo se iban, ya fuera por falta de pruebas o porque mi padre les había pagado una gran cuota por eso.

Mi padre prohibió absolutamente que ese espejo saliera de ahí no quería verse involucrado en más muertes sí ese espejo realmente estaba maldito, pero su prohibición no duró mucho. Cuando me encontré con aquel espejo había decidido que quería tenerlo en mi cuarto a lo que mi madre aceptó. Constantemente me miraba en aquel espejo que supuestamente estaba maldito, tonterías, solo era un espejo común y corriente como cualquier otro, mi padre no volvió a entrar a mi cuarto, pareciera que le temía al espejo pero no podían deshacerse de el; yo lo amaba y como hija única y la pequeña niña todo se debía concentirme. Después de la trágica muerte de mi niñera mi padres no quisieron contratar a nadie más, apartir de ese día mi madre se encargaría de mí y pronto de toda la casa; las muertes continuaron, primero fue la sirvienta Isabella, quien se le encontró con cuchilladas por todo su abdomen, sus labios habían sido cocidos queriendo sellar su palabra, su cuerpo se encontró en mi habitación frente al espejo donde había un escrito con sangre "Lo lamento", al poco tiempo de su muerte se descubrió que salía con mi padre, el siguiente fue la ama de llaves de mi madre quien descubrimos que robaba de la caja fuerte y joyas de mi madre, su cuerpo fue encontrado a mitad del pasillo frente al espejo nuevamente, con ella siempre llevaba 3 llaves, La de la casa, una de respuesto del auto y la tercera es un misterio; su cuerpo se encontraba con ambas llaves en el cuello habían sido enterradas en el salpicando todo a su alrededor, la tercera llave no se encontró no se sabe que era exactamente o que es lo que ocultaba. Y las muertes siguieron y siguieron hasta que el lugar quedó totalmente vacío, mi padre no quiso contratar más personal, desde la muerte de su amante constantemente se encontraba nervioso y sospechoso, durante las muertes no estaba en casa, salía o simplemente no se presentaba durante semanas lo que hizo que fuera el sospechoso número uno de los asesinatos pero nunca se comprobó nada.

Una noche tormentosa mi padre había salido a beber, ya no se le veía en la casa pero eso a mi madre dejo de importarle sabía muy bien a donde iba y no pensaba detenerle, esa noche había llegado temprano pues acostumbraba llegar entre las 4 ó 5 en ocasiones ni siquiera llegaba pero aquí fue diferente, había llegado a media noche desperté por el ruido que había hecho al llegar, gritaba con desesperación el nombre de mi madre maldiciendola estaba totalmente ebrio. Mi madre al escuchar su escándalo salió de la habitación caminando por los pasillos pasando aún lado de mi puerta bajando las escaleras cautelosamente, llevaba una pala entre sus manos pensaba defenderse a toda cosa pues mejor que nadie sabía que al llegar en ese estado llegaba agresivo y no pensaba tolerarlo una noche más. Cuando bajo no encontró a mi padre, en cambio vio el espejo a mitad de la sala logrando que si piel se herizara, después todo fue oscuro. Mi padre la había golpeado en la cabeza dejándola inconsciente pero ¿Por cuánto tiempo?...

Horas más tarde baje. La casa estaba en total silenció, mi padre había durado al menos una hora maldiciendo el espejo y gritando "sí muy maldito ven y hazme algo" bebió un sorbo más a su bebida pasando el brazo por sus labios limpiando el líquido que se había derramado por su barbilla "Me quitaste lo único bueno que existió en esta casa, pero ya veremos quién ríe al final" Después de eso la casa se quedó en total silenció hasta que más tarde gritos y golpes comenzaron a escucharse; al bajar descubrí la verdadera causa del escándalo. Mí padre estaba muerto. Su cuerpo estaba a mitad de la sala, tenía el cuello cortado, su ropa estaba totalmente desgarrada, sus pantalones junto a su ropa interior habían sido extraído y entre su entrepierna podía ser observado a poca luz un martillo donde antes estuvo su miembro junto a ambos testículos destruídos, mire frente a mí y estaba nuevamente el espejo ahí. Una sonrisa se formó en mi rostro al poco tiempo escuché a mi madre decir que debíamos irnos, estaba golpeada sin entender que sucedía no recordaba nada ni siquiera se fijo en el cuerpo de su ex-marido así que solo salimos de ahí no sin antes llevarme el espejo conmigo.
Han pasado 8 años desde aquella trágica noche y yo estoy aquí ahora, frente aquel supuesto espejo maldito arreglando mi cabello rubio y largo colocando mi pequeña y plateada corona arreglando mi vestido esponjado y blanco deseando que la noche llegué. En eso entraron a mi, cuarto era mi chambelán quien se había escabullido hasta ahí rodeando mi cintura con sus brazos acercando sus labios a mi cuello haciendo que piel se estremeciera, sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo hasta llegar a mi espalda donde se encontraban las ataduras de mi vestido tratando de desabrochar este comenzando a besar mi cuello con pasión; moví mis hombros quitandolo de encima dejándolo ahí dirigiéndose a mi mesita de noche rebuscando entre ellas.
-Eres increíble -bufo- sígueme pareciendo estúpido el que te recistas a mí, si desde que me viste sé que haz deseado que te haga mía y no dejare que esa oportunidad pase por una niñata como tú -mencionó mientras ajustaba su corbata-.
No dije nada, volvi a donde él quedandome detrás suyo acariciando su espalda "tienes razón... Debo dejar de hacerte esperar" mencioné mientras mis manos acariciaban su espalda y antes que pudiera hacer otra cosa clave el cuchillo en su vértebra cervical comenzando a bajar este hasta su región lumbar hasta sacar este "Creo que después de todo no fuiste mi tipo tss -chasquie con mis labios- que tengas dulces sueños". Su cuerpo duró unos segundos más de pie hasta caer de rodillas cayendo encima de mi espejo con su rostro plasmado en este, me arregle el vestido asegurando que este no se allá manchado, al escuchar la voz de mi madre fuera de mi habitación guarda nuevamente el arma y salí. Hoy son mis quince años y no piensaba perderlos por un niñato; al fin y al cabo todos terminan pagando.

Fin

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