||Final||

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He vuelto.

Llego la recta final.

Gracias por todos sus mensajitos y disfruten C:

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Ahora estaba viajando entre las nubes. Su pequeñita bebé descansaba en su regazo, cubierta por una cobija azul casi celeste que tenia mucho significado para él y su bebita, una manta cualquiera le daba muchos sentimientos.

Yoongi siempre había sido su manta, su cobija, su refugio, porque envuelto entre sus brazos el frío se alejaba, la calma lo inundaba y él se acurrucaba entre la suavidad de su tacto.

Yoongi era la perfecta manta, aquella que Jimin no supo apreciar desde el principio, aquella que el omega maltrató creyendo que no era merecedor de su acogedor calor, prefiriendo quedarse con el frío al que ya se había acostumbrado. Y aún así, maltratada y adolorida, su manta volvía a él para abrazarlo una vez más, para calmarlo de todo dolor, para abrigarlo y darle la sensación de que regresaba a casa.

Y Jimin quería que su bebé también tuviera su propia manta, aquella que la hiciese sentir a gusto con la suavidad de su roce como si estuviese en una tarde tranquila en casa y no en su primer vuelo de avión. Aunque en aquel caso era literal, y no metafórico como lo era con Yoongi.

En fin, le gustaba.

Y allí estaba, atravesando aires europeos, arribando hacia Italia solo para ver al jodidamente hermoso amor de su vida.

Los planes habían sido cambiados. Se suponía que a Yoongi lo trasladarían a Corea en cuanto fuese posible y allí sería su reencuentro con todos, pero, debido a las ansias de Jimin, decidieron trasladarse ellos a Italia para acompañarlo en su recuperación.

Y Jimin estaba emocionado, aunque temeroso. No sabía en que condiciones se encontraba Yoongi ahora mismo, no sabía que tan lastimado estaba externamente. Solo sabía que apenas lo vería se echaría a llorar.

Tras aterrizar en Roma, Jimin y su bebé, junto a Tae y una pequeña porción de la familia de Yoongi, se dirigieron en autos escoltados por guardaespaldas hacia el hotel en el que se hospedarían durante su estadía allí.

Jimin ni siquiera sintió ganas de curiosear su cuarto de hotel, ni de detenerse a contemplar los increíbles lujos de este, ni la maravillosa vista. Sólo tenía mente para Yoongi. Por lo que, apenas cambió el pañal de su pequeña y la alimentó, la dejó al cuidado de Tae, listo para partir hacia el hospital, el cual, al parecer, no quedaba muy lejos de allí.

Fue una alegría para Jimin saber que el hospital sólo estaba a pocas cuadras, por lo que podría visitarlo sin problema cada día y regresar para estar con su hija.

Jimin ya estaba allí, a escasos minutos de ingresar a la habitación en la que se recuperaba Yoongi. El corazón del omega latía desbocado, sus manos sudaban un poco por el nerviosismo, por la incertidumbre, por el desespero.

Sublime Dominacion.  ||Yoonmin|| (Omegaverse)⚠🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora