Sin aliento

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Leí el mensaje del acosador justo antes de perder el conocimiento y dar con mi cabeza en el suelo, sentía un dolor de cabeza muy intenso y en un principio comencé a verlo todo borroso, no sabía muy bien donde estaba hasta que recordé lo de la caída y el golpe en la cabeza y me la toqué rápidamente.

-AH!- grité cuando note el punzante dolor en un lado de mi cabeza, miré mi mano y vi sangre en ella, genial solo yo me abro la cabeza en el váter en su propia graduación.

Llevaba una chaqueta de traje puesta, azul olía excesivamente bien, a un perfume de hombre que no conocía pero que definitivamente no olvidaría.

- Tranquila apenas a sido una pequeña brecha, no es nada importante te he puesto algo de hielo y te he traído esto para el dolor, toma.

Me gire para ver que efectivamente la voz que oía era la de mi profesor Leo y que no estaba teniendo efectos secundarios por el increíble tortazo en la cabeza. Me quede totalmente helada, sin aliento, note como los segundos pasaban lentos, ¿Él era el acosador? o es solo que lo a llamado porque se a asustado al ver el percal. Con la mano mas temblorosa del mundo cogí los calmantes que me ofreció y la botella de agua y me los tomé. Me extendió la mano.

- ¿Crees que podrás levantarte?.- Dios mio que guapo es, solo con ese gesto me acabo de derretir y yo aquí, en un baño tirada con una brecha en la cabeza y con una peste a vomito que tiro para atrás, perfecto Alex, te superas. Agarro su mano y poco a poco me levanto, casi me da un parraque al mirarme al espejo suerte que Ana me metió en el bolso toallitas, un cepillo del pelo y cosas varias de 'emergencia', tras acicalarme un poco mientras Leo me observaba fijamente y mi cuerpo se estremecía ambos nos fuimos a un banco un poco aislado del resto de la fiesta y ni corta ni perezosa me lanzé. 

-¿E-e-eres tú?

-Si... Mira Alex quise decírtelo mil veces, siempre he querido consolarte y estar a tu lado pero hasta que no te graduaras y siguieras siendo mi alumna eso seria imposible además de ilegal y no quería que nos metiéramos en ningún lio, Desde el whatsapp podía saber como estabas y ayudarte en todo lo que podía pero sabía que pasar de eso era peligroso para los dos... Lo siento.

- No puedo creérmelo, de entre todos los que pensé que podían ser...- Me quede mirándolo a los ojos sin saber muy bien que mas decir, esos ojos azules que expresaban tanto y me perdí en ellos sin notar como su cara se acercaba a la mía hasta que finalmente sus labios rozaron los míos, un roze suave, cariñoso y precavido a lo que respondí con otro roze con mas fuerza que se convirtió en un beso lleno de pasión de sentimientos retenidos y de una espera quizá demasiada larga para dos almas que como iríamos viendo a lo largo del tiempo estaban predestinadas. 

Aquel día fui totalmente suya me dejé llevar por el deseo, las ganas de sentirme cuidada y amada, las ganas de sentir a un hombre de verdad y fuimos a su casa donde hicimos el amor tantas veces hasta quedarnos dormidos, cuando me dormí apoyada en su pecho supe que había estado tremenda y estúpidamente equivocada, como pude pensar que lo de Julian era amor? A veces tenemos que equivocarnos varias veces hasta encontrar el camino correcto y por primera vez en mucho tiempo fui sincera y enteramente feliz.

Mi acosador de WhatsAppDonde viven las historias. Descúbrelo ahora