Prólogo

16 1 0
                                    

- Natalie - Evan me miraba con la cara ardiendo - ¡Te dije que me miraras! ¿Eres sorda? ¡Hazme caso! - apretó un poco más su agarre en mi muñeca - Natalie, mírame.

Hice un gesto para expresar mi dolor, estaba asustada, me sentía indefensa y sola.

-Por favor, suéltame - le pedí - Te lo ruego.

Eso sólo hizo que aplicara más fuerza en su agarre.

-¿Qué crees que haces? Rogando como una inocente niña - escupió las palabras con todo el odio que sólo él podía transmitir - Eres una idiota. Una zorra cualquiera.

Forcejeé con él hasta que finalmente logré desprenderme de sus manos.

-Eres un idiota - murmuré, conociendo el castigo de mis palabras.

Su mirada cambió de forma drástica, ya no se veía sólo molesto, la ira se adueñó de todo su cuerpo y volví a temer por mi.

Al ver que no hacía nada me armé de valor y volví a hablar.

-No entiendo como sigo contigo, luego de todo lo que me has hecho a lo largo de estos años. Deberías estar ardiendo en la cárcel, para que te hagan lo mismo que tú me haces a mi. Te odio.

Sentí su puño impactando en mi cara, más precisamente en mi ojo. Fingió estar dolido, yo sabía que no era así...

-Lo siento, Nat - rodeó mi cuerpo con sus brazos, intenté apartarlo pero hizo más fuerza - Soy un tonto, no debí hacerlo.

- Suéltame - ordené, más bien lo intenté, porque él no se apartó de mi - Déjame ir. Quiero volver a mi casa.

- Nat... No puedo dejarte ir sola. Te llevaré al hospital. No te muevas.

Corrió a la cocina de la casa, y volvió segundos más tarde con mi bolso; a este punto yo sentía que me desmayaría por el dolor.

Agarró mi mano y me arrastró fuera de la casa.


Supongo que eso me pasa al estar con gente como Evan Carter...

All These BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora