Capítulo 1

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Sentí la mirada de Scott a través de la ventana de la sala y corrí a abrirle.

-¡Bonita! Me tienes esperando desde hace horas - murmuró abalanzandose hacia mí.

Me separé de su cuerpo y le hice una seña para que entrara.

-Aún no desayuno, ¿quieres algo?

- ¿Tienes galletas? - preguntó recostandose en la barra de la cocina.

- Bonito, siempre hay galletas para ti - comenté inclinándome a la alacena para alcanzarlas.

Una sonrisa se extendió por su rostro.

Cuando logré sentirlas entre mis dedos, las empujé un poco hacia atrás haciéndome imposible el poder sujetarlas.

- Bonito...

Antes de que pudiera reaccionar, Scott me alzaba sobre sus hombros.

Ahora sin mucho esfuerzo, tomé el paquete de galletas y cerré la alacena.

- Puedes bajarme.

Él caminó despacio hasta que llegó a la barra y me dejó ahí sin mucho cuidado, arrebató las galletas de mis manos y empezó a devorarlas.

- Gracias, bonita - dijo con la boca llena.

Asentí y me serví cereal en un plato, y la leche en un vaso.

Ambos nos sentamos en la barra (literalmente), y mantuvimos una animada conversación hasta que mi hermano menor se dignó a bajar por las escaleras.

-¿Nos vamos? - preguntó exasperado - Muero por ir a la escuela.

- Hermano, no tienes idea - Scott y Jace siempre conseguían un motivo para mantenerse alegres cuando de ir a estudiar se trataba - Hoy tengo historia de la música a primera hora, no tienes idea de lo buena que está esa profesora.

Tomé las llaves y corrí hacia mi auto, sólo para no seguir oyendo la absurda conversación que tendrían esos dos.

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Estacioné frente a la vieja construcción, y desearía no haberlo hecho; Evan Carter, estaba de pie frente a la entrada principal, con su típica cara de arrogancia y un estúpido cigarro en su boca.

-No te va a hacer nada - dijo Jace bajándose del auto - Ahora sal, no te puedes quedar aquí todo el día.

Hice caso a su comentario, y caminé a su lado, me mantuve firme, hasta que alguien nos detuvo, no debo decir quien.

- ¿Te he dicho que te ves hermosa en las mañanas? - preguntó luego de dar una calada. Mis piernas temblaron inconcientemente, él se dió cuenta y rio, de esa forma que él reía y hacía que el mundo cayera a sus pies.

- Llegaste a hacerlo unas cuantas veces - mi hermano respondió por mi - Ahora danos un permiso.

- Lo siento, Jason, pero estaba hablando con tu hermana - me miró expectante - Natalie, es necesario que hablemos.

- No tiene nada que...

Cubrí la boca de Jace con mi mano, y a pesar de lo que podrían creer, hablaría con Evan. ¿Tenía miedo? Sí, lo tenía, pero no permitiría lastimara a mi hermano pequeño.

- Tienes diez minutos - mi voz sonó entrecortada - Si llegas a hacerme algo no tendré miedo a denunciarte, y tampoco detendré a Jace - volteé hacia mi hermano - Ve a clases, nos vemos en el almuerzo.

Caminé sin importar si Evan me seguía o no, estaba consciente de que necesitaba algo, así que me buscaría. Llegué al laboratorio de fotografía y esperé a que entrara, no tardó mucho en hacerlo.

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