《La Selaginella Lepidophylla (también conocida como "la doradilla"): es una planta que "resucita", es decir, que tras un periodo de desecación (desde unos días a varios años) puede continuar su ciclo vital si se vuelve a hidratar.》Otoño
Mientras tanto, lejos del palacio...
Un misterioso vehículo estacionó enfrente de una enorme puerta donde a su alrededor se podía admirar los altos muros que impedían la entrada. Justo detrás de esos barrotes, un joven sirviente caminaba con una mirada no tan amable a primera vista, quien hizo que las puertas se abrieran, haciendo que el coche continúe su trayecto hasta la fuente de agua que se veía enfrente de aquel enorme castillo. El visitante misterioso quien estaba aun dentro del coche, silbó sin darse cuenta haciendo que el chófer, desagrado por esa pequeña acción, continúe con el trayecto.
Como era de esperar, el castillo estaba envuelto en un aura bastante misterioso para ser una mañana de un encantador jueves de otoño.He llegado a mi trayecto, pensaba él mientras sonreía con picardía.
El chofer aparcó de inmediato y fue a abrir le a aquel visitante la puerta. Encabezando la salida con esa sonrisa pícara, él bajó del coche con su traje elegante llevando un par de mechones blancos como la nieve de su cabello hacia atrás. Unos segundos antes de continuar su trayecto, observó sin remordimientos al rostro del sirviente y pensó en las consecuencias que llevarían esa visita. Sin pensarlo mucho, caminó hacia la puerta quien se abrió de golpe dejando a algunas sirvientas desconcertados con esa bienvenida sorpresa. Él llevaba puesto unos guantes de color negro combinados con su traje y sus zapatos.
—Bienvenido sea, señor Wilson —dijo el mayordomo principal con una reverencia.
—Buenos días —dijo él dejando que su chaqueta se deslice con cautela mientras el mayordomo la atrapaba para después colgar la.
—Sus pertenencias serán llevadas a su alojamiento, mientras tanto deje que le muestre el camino hacia su...
—Gracias Arturo, pero mi estancia no será larga. Solo he venido a ver a Edward. Lléveme con él, por favor. —Después de esas palabras Wilson comenzó a caminar.
—Pero señor Lanez, el señor Edward se encuentra en una reunión. No puede...
—He dado una orden, Arturo. ¿Acaso quieres decirme lo que debo y lo que no hacer? —preguntó Wilson desafiante con una divertida sonrisa al final.
—No señor. —El noble mayordomo no podía desobedecer lo que Wilson decía.
—Bien, si eres tan amable, llevame hacia él. —Con aquella endemoniada sonrisa, Wilson volvió a encabezar la marcha.
Los rumores no tardaron en aparecer y las sirvientas que se encontraban alrededor, se preguntaban quien era ese tal Wilson Lanez y que hacía él aquí.
El mayordomo les dirigió una mirada y ellas rápidamente volvieron a su trabajo. Wilson no dejaba de sonreír con orgullo, pensando en lo que sucedería momentos después. Justo en la entrada, se encontraba una chica de cabello castaño vestida con un uniforme de sirvienta mirando en la dirección que Wilson y Arturo caminaban.Con que has venido al final... Esto se pondrá interesante, pensó ella mientras acariciaba el plumero que tenía en sus manos antes de continuar con su trabajo.
En el pasillo se escuchaban pisadas caminando con ligereza y elegancia cada vez más fuertes. Cada paso que él daba, los rumores de esparcían como una plaga. Y cada vez estaba más cerca de su objetivo.
Wilson era una persona de temer, que tanto su apariencia y su sonrisa engañan con facilidad, tanto como su forma de hablar confunde y su aura crea miedo e impotencia. Aquellos rumores comenzaban a recorrer el castillo sin pausa. Todos sabían que él ya había llegado, excepto los del salón principal.Y la puerta se abrió de nuevo dejando a Wilson reluciente como siempre. Todos los de ahí presentes quedaron confusos y a la vez temían, pero el que más, fue Edward quien lo miraba atónito.
—Ya he llegado —dijo él en voz alta con esa sonrisa mientras acariciaba su cabellera dorada.

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The Palace of Lirium
Roman pour AdolescentsEn palacio misterioso y alejado, en donde habitan seres que pertenecen a otro mundo, serán los protagonistas de esta pequeña historia. Cada personaje cuenta su propia historia y como sus lazos se unieron a ese enorme palacio donde ahora habitan risa...