Capitulo ocho

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-¿Así que haz hecho las pases con tu tutor? -Tenía una sonrisa burlona. Estaba feliz de que ella no estuviera tan pendiente de los problemas de su hogar.

-Se podría decir -Elevo sus hombros tratando de quitarle importancia, pero eso era imposible.

-Oh no señorita, no me eleves los hombros -Le regaño con la misma sonrisa burlona- ¡quiero saberlo todo! -Dijo divertido.

-No es nada -Desviaba su mirada para otros lados intentando ignorar el hecho de que había más que nada, en sus palabras.

-Oh, claro que hay algo, Marinette Dupain-Cheng no deja de molestar a alguien de pronto solo por "nada".

La azabache solo suspiro mientras jugaba con sus dedos. Demostrando una vez más el punto de su rubio amigo.

-Puede que me haya desahogado -Empezó tímida- y puede que él no me haya juzgado y me siga tratando igual y con más paciencia -Murmuro sin dejar de ver sus dedos.

Era sensible. Que su familia se hubiera encargado de que tuviera una personalidad fría y reservada, era otro caso. Esa no era su esencia, y tampoco lo será en algún futuro.

El rubio solo le acaricio la cabeza. Eran pocas las veces que ella dejaba su fuerte muralla creada para resguardarse de todo y todos. Él ansiaba que ella dejara esa helada cascara exterior y fuera una vez más aquella risueña chica que era cuando la conoció.

-Esta bien -Murmuro levemente- Esta bien desahogarse con otros y aceptarlos -Ella fue tan juzgada por mostrar sus emociones. Tan crueles fueron con ella.

-Gracias -Murmuro apenas mientras lo abrazaba. Ella solo quería comprensión. Que ser aceptada, eso era todo.

y los únicos dispuestos a quererla por su esencia eran Marino y Felix

Explica bien ¡IDIOTA! [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora