Sentimientos ocultos

24 1 0
                                    

Nos metimos en el coche para dirigirnos al lugar donde quería llevarme a comer. Durante el trayecto de ida al restaurante, situado en la zona más cara del centro de Madrid, le hice preguntas indagando sobre su extraña invitación.

Una vez en el restaurante, con mis nervios a flor de piel, observamos las cartas pensando en que comer.

- ¿Qué te parece si pedimos algo para dos?- dice Bruno siempre tan amable y con su sonrisa hermosa.

- Me parece muy buena idea- digo un tanto nerviosa

- Y...¿Qué te apetece comer?- pregunta mirándome extrañado 

-¿Pedimos una variedad de sushi?- digo aun metida en mis pensamientos

- Me parece buena idea, así variamos un poco- dice al mismo tiempo que hace un gesto amable para llamar al camarero.

Mientras esperamos a que nos traigan la comida, en la mesa se ha quedado un silencio un tanto incómodo que ninguno de los dos se atreve a romper, al fondo se escucha a unos padres discutiendo con un niño de unos 3 años aproximadamente y a un bebé llorando. De repente, de la nada aparece el camarero, muy amable, con nuestra comida y nos dedica una sonrisa antes de marcharse a seguir trabajando.

Tras dos minutos sin decir palabra me animo a romper ese duro silencio que me incomoda tanto.

- Y bue... bueno, ¿que tal te va en las clases?- digo nerviosa diciendo lo primero que se me pasa por la cabeza.

- Muy bien la verdad, este año me he propuesto hacer mejor las cosas y me están dando resultados muy buenos, pero no hablemos de mi, cuéntame algo de ti.- dice sonriéndome al ver que su propuesta me ha hecho sonrojar y atragantarme con la comida.

- Pues... A ver...Por donde empiezo...- consigo decir torpemente

- Sara, tranquila, no hace falta que estés nerviosa conmigo solo quiero conocerte más- dice tan amable como siempre.

- Lo se, perdona, es que... "de nuevo las dudas inundan mi cabeza y los recuerdos me invaden" no es nada, tranquilo, no importa.-digo sin más.

- Sea lo que sea que te preocupa puedes contar conmigo para lo que necesites y confiar en mi. A ver pequeña, cuéntame, ¿qué te preocupa?

- Pues verás, se me ha hecho muy extraño que de la noche a la mañana me invitases a comer cuando nunca nos hemos dicho más de dos palabras y después de lo que paso con Estefan pues tengo miedo, tu mejor que nadie sabes como fue todo aquello ya que eres uno de sus mejores amigos.

- Lo sé pequeña, pero no tienes nada de que preocuparte ni tener miedo por lo que haya pasado con él, sabes que no soy así.

- Ya, pero después de todo lo sucedido tardé muchísimo en fijarme en alguien más y sinceramente me da muchísimo miedo que me vuelva a pasar lo mismo.

- Te entiendo, pero te conozco y se que eso no es lo que te pasa ahora mismo por la cabeza.

- Ya...

- A ver pequeña enserio cuéntame que te ocurre.

- Pues que tu invitación a comer me emocionó muchísimo por el echo de que me pareces un niño fantástico pero al mismo tiempo me ha extrañado y han surgido preguntas en mi cabeza.

- ¿Qué preguntas?

Busco al camarero intentando evitar la pregunta que me acababa de hacer, ¿cómo le voy a decir que todas mis dudas desembocan a todo lo que provoca en mi?

- Sara, ¿estás ahí?- pregunta algo confuso sacándome de mis pensamientos

- Eh... si perdona, ¿pedimos el postre?- digo para evitar continuar la situación incómoda de antes sobre mis dudas.

Jodidamente RotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora