¿Ángel?

la chica extraña y el pan

Esta es mi historia, una historia fantástica difícil de creer asta para mi, si mis ojos no lo hubiesen visto, jamás hubiese creído, creía que los príncipes, caballeros, plebeyos, dragones, ogros y todas esas cosas de fantasía no existían, incluso no creía en la magia, yo decía –son cuentos baratos no saben ni en que gastarse su tiempo- pero después de lo que me paso pensé total mente diferente.
Bueno todo comenzó un día normal, yo asistía a la secundaria, era la típica adolecente de 15 años que quería hacer las cosas apresuradamente como cualquier otra, quería estar en los bailes, estar hasta muy tarde fuera de la casa, aunque eso no lo hacía por mi hermana. Yo era muy problemática aunque sacaba muy buenas calificaciones. Ese día amaneció como siempre, mi hermana pequeña de apenas 5 años me despertó con un chillante grito. Abrí mis ojos y ahí estaba la pequeña Carla con su piyama rosa de unicornios su pelo suelto y alborotado, ella era muy bonita tenia sus ojos color miel y era color blanca como la nieve, pelo negro y largo.
-Celeste Gis despierta o se te ara tarde- me dijo dando un grito sobre la cama en la que estaba dormida.
-oh, ahora soy celeste ayer no era blanca y antier luisa ¿Cuándo me llamaras por mi nombre Carla?- le dije sentándome en la cama
-aun estoy en busca de el nombre perfecto para ti-
-oh, ¿y que tiene de malo mi nombre?-
-suena muy apagado y triste es por eso que te estoy buscando uno feliz y hermoso-
-vamos Hana no está mal ¿sabes que significa Hana Cierto?-
-no y se escucha feo, es por eso que te buscare un nombre tan bonito como tu-
-Hana significa flor en japonés-
-¿flor? Bueno flor es lindo pero buscare uno muy bonito para que nunca mas estés triste- dijo con una sonrisa
-vamos ay que ir a la escuela falta poco para las vacaciones- le dije mientras me levantaba de la cama dirigiéndome a el cuarto de baño
Salí del baño ya con el uniforme, prepare algo para desayunar y mientras Carla comía me metí al cuarto de mi madre, ella era una mujer borracha que siempre traía hombres a la casa. En la cama había un hombre que se veía de unos 20 años, era muy guapo tenia pelo negro y piel morena dormía como un ángel y a su lado la momia de mi madre, ella se teñía el pelo de castaño y ya estaba muy arrugada, ella tiene 45 años y aun así no puedo creer que siempre traiga hombres tan guapos y jóvenes.
-que haces aquí, lárgate-
-solo vengo por dinero para la comida-
-toma de la cartera 20 y le das la mitad a tu hermana-
-mama pero no completaremos nada-
-crees que me importa ya tengo suficiente con mantenerlas, no pidan mas-
- tú no nos mantienes- le dije en vos baja mientras agarraba100 pesos
Mi madre y mi padre se separaron hace 7 años antes de que naciera Carla. Mi madre engañaba constantemente a mi padre hasta que él se canso y la dejo, el me quería llevar con el pero no fue posible fueron a juicio y mi madre se dio cuenta que si me iba con papa, él no le daría más dinero y el perdió, ahora mi padre debe mantenerla hasta que yo cumpla 18, mi madre se llama lupina y todos los hombres de por aquí la conocen y yo a ellos ya que la mayoría a entrado y salido de mi casa más de una vez. Hoy me toca ir a visitar a mi padre y llevare a Carla ya que es mi hermana y aunque no es hija de mi padre la ama como si lo fuera.
-oye ramona Gis iremos a casa de papa-
-¿ramona?, no encontraste un nombre mejor Carla, (suspire) bueno que mas da al menos dices mi segundo nombre y si iremos con papa José y nos quedaremos unos días ahí pero solo después de la escuela-
-si-dijo de un grito muy emocionado
Espere que ella tomara su transporte y me dirigí hacía la secundaria, pase por el parque y me compré un cono, solo podía pensar en las formas que la bruja de mi madre me gritaría por tomar de su preciado dinero, decidí no ir a la secundaria y quedarme a dormir en el parque, en uno de los arboles que tiene este. Se acerco a mí una mujer un tanto extraña y me dejo un folleto.
-oye niña ¿crees en la magia?-
-no soy una niña y no, eso es pérdida de tiempo solamente-
Me senté para verla más claramente y tenía ropa extraña, una capa negra, ojos verdes pero no un verde cualquiera uno muy fosforescente, una falda verde de cuadros muy corta con un cinturón con una estrella dorada y una blusa blanca con corbata verde con negra, unos zapatos muy raros y llevaba una canasta con muchos folletos y panes.
-bien, te encontré-
-¿me encontraste? ¿Que quieres decir?-
-toma te regalo este pan, comételo y piensa en el paraíso-
Se levanto y se fue, en el folleto decía de un trabajo en el cual era mágico y cuidabas de una persona, no le tome mucha importancia y no termine de leerlo, guarde el pan para comérmelo con mi hermana y dormí de nuevo hasta que llegara la hora de la salida de mi pequeña Carla.
-oh, creo que es hora-suspire
Camine por la calle y de lejos vi a mi mejor amiga Dolores, esta era una joven de mas o menos mi estatura, ojos marrones oscuros, buen cuerpo físico, pelo negro, el cual le quedaba como en cascada, piel blanca, labios rosas y grandes. Le iba a gritar cuando de pronto vi como se abrazaba con un hombre un tanto viejo, pelo negro con pequeños mechones blancos, traía una chaqueta azul y pantalón de vestir negro. Me acerque por detrás de este y pude ver como este era mi padre, estaba confundida y mi padre le beso y esta le correspondió, corrí hacía ellos.
-¿que están asiendo?-
-Hana que haces aquí, ¿no deberías estar en la escuela?-
-no mi amor, ella no fue-dijo con tono dulce
-¿mi amor? Qué pasa con Carmen, tu esposa, con la que ya tienes dos hijos-
-Hana escucha, un hombre necesita de cariño y Carmen ya esta vieja y no tiene tiempo para mí-
-te odio eres un maldito Carmen eso el papel de madre incluso cuando no era su obligación y tu solamente la engañas con mi amiga la cual ha estado conmigo desde que tenía 9-
-yo solo me acerque a ti porque me gustaba tu padre y cuando por fin lo tuve tú te volviste una molestia con tu lloriqueo-
Me enojo tanto que la abofetee y después corrí hacía la parada mientras a mi espalda solo se oían los gritos de mi padre gritando mi nombre y persiguiéndome, logre perderle y fui a recoger a Carla estaba tan frustrada no podía creer lo que mis ojos habían visto, no quería llegar a la casa de la víbora de mi madre, ni podía ver a la cara a Carmen después de todo lo que había visto.
-oye ya iremos a casa de papa-
-no Carla, papa está ocupado mejor, vamos al parque y jugamos un rato-
Estaba oscureciendo y nos empezó a dar hambre, recordé que la mujer extraña me había dado un pan y lo saque este tenía forma de espiral y en el centro una estrella igual que la del cinturón.
-mira Carla, comamos este pan y luego volvamos a casa de mama-
-qué bonito de donde lo sacaste-
-me lo dieron, comételo todo-
-no es justo. te lo dieron a ti, tú debes comerlo-
-ágamos una cosa lo partiremos a la mitad y comeremos un pedazo cada quien, la mujer que me lo dio dijo que era mágico, que pensaras en el paraíso antes de comerlo-
Partí el pan por la mitad y le di un pedazo a ella, comenzamos a comerlo pero sabia horrible era como pan con mescla de mostaza, mermelada, mayonesa, cajeta y muchas otras cosas. Mi cabeza comenzó a dar vueltas y mi hermana pequeña cayó al suelo, le tome de la cabeza y caí desmayada.

Desperté y estaba completamente sola y el parque no estaba, era un lugar diferente, había muchas flores y una fuente, me puse de pie y aun estaba un tanto mareada, mire a mi alrededor y no estaba mi hermana, camine pero mis piernas me temblaban, de pronto mire hacia atrás y vi que estaba rodeada de gente con atuendos iguales al de aquella mujer pero eran de color azul, los hombres usaban u pantalón a cuadros y una camisa blanca con corbata y las mujeres faldas un tanto más largas y camisa blanca con corbata, al igual que los hombres. Todos llevaban una capa con el cinturón de estrella.
-¿donde estoy y donde esta mi hermana?-les dije de un grito
Todos se reían pero no entendía que pasaba, un hombre de pelo morado le gritaba a un joven que solo agachaba la cabeza, ese joven tenia los ojos grises un gris fosforescente muy hermoso piel morena de buen cuerpo y pelo azul. Me levante y Salí corriendo pero en cuestión de segundos sentí que algo me jalo, me tiro de espaldas y el joven se acerco, me tomo del cuello y me beso la frente. En mi cuello sentía que algo me quemaba y de pronto aparecieron unas cadenas junto con un collar y una pulsera en su mano, parecía una correa que le pones a un perro, veía la cara de confusión del chico, pero en cuestión de segundos la quito, poniéndome una de desagrado.
-que es esto quítamelo-le dije de un grito mientras jalaba el collar de mi cuyo
-CADEN-
Dijo esas palabras y de pronto el collar que traía en mi cuello comenzó  asfixiarme, caí al suelo.
-que interesante-alcance a escuchar antes de perder el conocimiento.
-oye despierta que aburrida eres-
Abrí mis ojos y estaba acostada en el suelo de una habitación, era muy elegante y era enorme parecía una casa.
-ey vamos a con la reina, despierta-
-¿reina? Oye quien eres tu y donde estamos, este jueguito ya llego demasiado lejos-
-es cierto, es indispensable que sepas el nombre de tu amo-
-¿amo? Oye en cerio de ¿cuál te fumaste?-
-Mi nombre es león primero de los Gualiats Fores-
-león ¿Qué?-
- y tu nombre será cru-
-¿cru? Eres pésimo escogiendo nombres, mi hermana los escoge mejores- le dije en tono sarcástico con una sonrisa y unas cuantas carcajadas
-¿de que te ríes? como sea tengo que presentarte a la reina y ya que te tengo aquí me lo aras mas fácil aunque es una vergüenza que una persona de noble familia haya traído a un plebeyo como guardián-
-¿guardián? De que estas ablando, oye déjame salir tengo que encontrar a mi hermana-
Corrí dirigiéndome a la puerta y la abrí
-CADEN-
Con esas palabras sentí como si me estrangularan y mis piernas perdieron fuerza, la cadena comenzó a acortarse tirándome de espaldas y arrastrándome hacia el, no me explicaba que estaba pasando como una simple cadena podía hacer todo eso y como es que en mi cuello había una cadena.
-mmmm, sigue funcionando, como sea, ya te lo dije tengo que presentarte y no tengo tiempo de jueguitos absurdos, párate y camina que ya as dormido 5 días y no tengo tu tiempo. Y bien ¿que tipo de plebeya eres? de pelea o inútil-
-¿de pelea?, ¿inútil? ¿que es eso? no entiendo nada y ¿que insiste con mi hermana Carla?-
-ya veo, menuda inútil me toco como guardián, porque no me toco un trol o dragón o por lo menos una hada-
No entendía nada, el comenzó a caminar y la cadena desapareció pero aun sentía el collar en mi cuello. Salimos del cuarto y caminamos por un pasillo, era un lugar de una familia muy rica de seguro y llegamos a unas escaleras eran color blancas y formaban un corazón.
-hernista, hernista-
-si amo-
-quítale esas ropas tan raras y ponle ropa que voy a salir en 15 minutos-
-si señor-
Comenzamos a subir las escaleras y la cadena apareció y me estiro, me sujete del barandal y la cadena se seguía estirando, su mano se estiro y fue arrastrado hacia donde estaba yo, su mano quedo en mi cuello y ambos caímos de las escaleras
-¿se encuentra bien señor?-
Es se puso de pie dándome una bofetada y yo ice lo mismo.
-¿que te pasa? ¿porque me pegas tarado?-
-tu deber es hacer que yo no me lastime, ¿acaso me quieres matar?-
- mi deber es cuidar de mi hermana y solo eso-
-amo debe acompañarnos, la cadena no se puede estirar mucho-
El se dirigió hacia hernista y la abofeteó.
-no me digas que hacer sirvienta-
-perdón amo- lo dijo con una mano en el rostro y con la mirada hacia abajo
-oye que te pasa eso no se le asé a una mujer, animal-
- yo hago lo que quiera con mis plebeyas y creo que tú eres la que necesita mucho un castigo-
-animal, no creas que te tenga miedo-
-que pasa hermano-dijo un niño que iba entrando a la casa
-nada, camina cru-
Camine detrás pues tenia miedo de que esa cadena me estrangulara, entramos a un cuarto lleno de espejos y mucha ropa, hernista saco unos cambios de ropa, la mire y traía un raro disfraz de sirvienta, esa ropa eran muy cortas y sus físico era muy bueno pero tenia el pelo blanco y ojos miel, me puse a pensar y a todas esas personas de ahí les había visto con color de ojos exóticos, pero ella los tenia normales, ¿será acaso algún juego? Debía averiguarlo. Me puse unos de los cambios y mire al espejo, la ropa me quedaba un tanto apretada y resaltaba mi figura, tenia un cuerpo de niña de 9, pese a que practique karate y corría maratones no podía hacer que mi  cuerpo se desarrollara. Tenia mi pelo negro recogido con cola de caballo, mi piel morena y mis ojos marrones claros resaltaban con el color de la ropa gris.
-¿ya estas lista?-
-no aun no-
Me quite ese cambio y comencé a ponerme el otro que era un poco mas grande, escuche como la puerta se abría y yo aun no me ponía nada, era el niño que le dijo hermano a león.
-perdón por entrar pero ¿tu quien eres? y ¿que quieres de esta casa?, si es dinero no tienes que estar con mi hermano para consejero yo, te lo daré si te vas- me lo dijo con un tono un tanto perverso y triste
-no quiero dinero y si fuera por mi yo ya estaría lejos pero no puedo- le dije mientras me trataba de poner esa ropa rara
-eso no es pone así, mira-
Entro al cuarto y me dijo como se ponía, como era un niño no vi problema en cambiarme frente a el ya que tenia cuerpo de un niño de 7 años con sus ojos azules, pelo azul y piel blanca igual a la de mi hermana.
-¿quien eres? Y ¿Qué quieres con mi hermano?- dijo mientras me amaraba cordones en la espalda
-me llamo Hana y solo quiero encontrar a mi hermana Carla, es mas o manos de tu edad, ella es chaparrita, con piel blanca igual que tu-
-ya veo tu también tienes una hermana que deseas proteger- lo dijo con una sonrisa
Termine de ponerme la ropa y el corto la liga que tenia en mi cabello, me mire al espejo y no era la misma personas, la ropa y el pelo suelto me acian cambiar mucho, me daban ciertos aires a mi edad.
-¿ya terminaste?-abrió la puerta león
-si-
el me miro por unos minutos sin decir nada y luego salió del cuarto, corrí detrás ya que podía volver a pasar lo de la cadena, el niño se quedo en el cuarto con hernista y en la entrada había una carruaje con dos caballos y una persona con traje de mayordomo, ellos si llevaban el juego a otro nivel