GBM [SUGA Y TÚ][JACKSON Y TÚ] [GOT7/BTS]

capitulo 4

Soo Min( Hermana menor)

Frente al ordenador tomo una botella de agua que tengo al lado, antojada de algo dulce voy a la máquina expendedora y tomo una barrita de durazno dirigiéndome nuevamente a la oficina. Observo un grupo de jóvenes con unas bolsas acercarse a la recepción o mejor dicho a mí.

—¿En qué les puedo ayudar? — pregunté observándoles, una mirada incomoda acosaba mis hombros, cansada decidí levantar mi vista hacia el hombre de cabello castaño que me observaba. Le sonreí amablemente ajustando mis lentes un poco.

—Tenemos una grabación para un álbum en este piso, si pudiera ser tan amable de avisar que hemos llegado— contesto uno de los mas serios de todos, al parecer era el líder del grupo, asentí gustosa levantándome de mi asiento para salir de mi escritorio.

—Por favor síganme, los guiare a su sala de grabación— dije volteándome para observarlos mejor, caminamos unos minutos hasta llegar a una puerta de madera la cual toque tres veces entrando con suavidad.

—Disculpé señor, GOT7 se encuentra presente para la grabación del álbum— él encargado asintió dejando pasar a los jóvenes y después de una leve reverencia salí del lugar sintiendo un par de ojos en mi espalda.

Pasadas ya unas horas mi turno llega a su fin, observo mi reloj de muñeca, ya son pasadas de las cinco de la tarde pensé suspirando, nadie dijo que el trabajo era fácil. Tome mi bolso y unos papeles que necesitaba trabajar en casa, para después encaminarme al mercado.

Observé como los chicos de antes o mejor dicho GOT7 salían del pasillo el cual los había dirigido hace unas horas atrás, con mis papeles y mi bolso les sonreí esperando a que llegaran a mi lado.

—Espero que fuera todo un éxito la grabación—comente dirigiéndome a ellos, todos asintieron sonriendo y molestándose unos a los otros lo cual me saco una sonrisa sincera.

—¿Ya te vas? — pregunto el peli-castaño, asentí llevando los papeles a mi pecho.

—Usted debe de ser Jackson si no me equivoco—asintió afirmando mi suposición— Mi nombre es Soo Min, encantada de trabajar con ustedes a partir de ahora por favor cuiden de mi— comente educadamente haciendo una reverencia ante ellos para proceder a despedirme.

—Seria bueno llevar algo a casa— hablé para mí misma, pasaba al frente de las tiendas observando las vitrinas y los estantes tranquilamente hasta que vi una tienda de comida con postres en la estantería, decidí entrar de inmediato a la tienda. Era una tienda tranquila y con poca gente sin embargo no estaba vacía pero no quería prestarle mucha atención a mi alrededor yo estaba hay por los postres.

Mordiendo mi uña del pulgar observaba los pastelillos y los dulces con una cara indecisa y confundida de verdad quería llevarme todos, pero después de reflexionar el dolor de estómago que me causaría decidí tomar tres para llevar y sentarme a saborear un delicioso pastelito con frutilla, podía percatarme como su sabor cosquillaba mi paladar y causaba que mis mejillas enrojecieran levemente por el sabor.

Una mano se poso en mi mesa causando que me sobresaltara levante la vista de mi pastelito para observar a mi hermana en frente de mi con el ceño fruncido.

—¿se puede saber cómo sabias que estaba en este lugar? —pregunte un poco fastidiada, ella sonrío negando con la cabeza.

—No hay muchas reposterías de tu trabajo a casa, además pensaba comprarte algo dulce, pero al parecer ya te adelantaste— respondió señalando mi bolsa.

—También compre para llevar a casa— ella asintió y las dos nos dirigimos a la caja para pagar el pastelito que estaba comiendo hace unos minutos atrás. Me acerque al mostrador sacando mi cartera, un encapuchado con gorra y una especie de mascara cubre bocas pagaba en la caja, al sentir mi mirada volteo hacia nuestra dirección.

—Es un gusto volver a encontrarlo— dije pagando a la cajera, él me observo con los ojos como platos al parecer no quería ser descubierto. Sun Hee me miro con curiosidad y pregunto su nombre, pero decidí decirle que era un conocido. Las dos después de nuestra pequeña conversación nos retiramos luego de una pequeña reverencia saliendo de ese lugar encaminándonos por la calle.

—No, ya enserio, ¿Quién era él? — pregunto

—Era el joven con el que choque aquella vez, el idol— nuevamente anonadada me observaba con desaprobación, talvez por el hecho de que no le dijese quien era o porque simplemente lo desaprobaba.

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