Capitulo 5

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Marina estaba parada viéndose al espejo, tenia el corazón en el piso, al igual que él alma, se suponía que debía ser él dia mas feliz de su vida, pero no lo era..., desde niña había imaginado que se casaría con Clerf Winery, rio sin ganas al recordar todas las libretas que escarabajeo "Marina Winery", pero esa era una ilusión tonta.

A partir de ese día seria Marina Green, la esposa de Ascott Green, un hombre sin escrúpulos, dispuesto a hacer lo que sea, a pisotear a quien sea con tal de conseguir lo que quería, y ella era ese tapete que Ascott Green estaba pisoteando para lograr sus propósitos.


Recordó la primera vez que lo había visto, fue en la oficina de su padre, había ido para avisarle que iría con Tata y Tatra, las hermanas de Clerf a la playa, y de repente ahí estaba él, una punzada la había atravesado al ver sus grandes ojos verdes, y todo ese dia no había podido quitárselo de lamente, por mucho tiempo cada vez que iba a la oficina de su padre se preguntaba si lo vería, cuando acudía a las fiestas lo buscaba, pero había pasado cinco años de eso, y aquella punzada que una vez le causaron sus ojos verdes se fue desvaneciendo poco a poco.


Ahora al recordarlo esos ojos verdes ya no eran los mismos, los que ella vio la primera vez estaban llenos de brillo, los de ahora son oscuros, como vacíos, salvo cuando lo tiene a milímetros de distancia como la noche anterior, cuando la excitó solo con sus palabras y su aliento.


Pero eso no importaba, todo era mentira, ella debía de nunca olvidar lo, Marina suspiro, "adiós ilusiones", de dijo a su misma, y se le llenaron de lagrimas lo ojos, vio su vestido sobre la cama, y recordó a Clerf, "si tan solo Clerf me hubiese amado", pensó...


-¿puedo pasar?- le dijo su padre


Ella se limpio las lagrimas y le contestó de forma alegre- claro papi-


-¿Cómo estas amor?-


-bien papi-


-Marina..., por favor perdóname hijita- dijo el señor Nicolás Parker con lagrimas en los ojos.


-no, papi, no tengo nada que perdonarte- le dijo mientras se abrazaba al enorme pecho de su padre, que era cálido, entre los brazos de su padre todo estaba bien, nada podía herirla, era curioso pero no pudo evitar recordar cuando Ascott la abrazaba, casi era la misma sensación de calor.


-si mi niña, si que tienes muchas cosas que reprocharme, por mi debilidad estoy destrozando tu vida...-


-no papi, te aseguro que voy a ser muy feliz con Ascott Green- "si tan solo fuera cierto", pensó.


-eres la mejor hija del mundo, se que te estoy dejando sin ilusiones..-


-no papi, no, de verdad, Ascott..., bueno- Marina buscaba palabras para tranquilizar a su padre- aun que no lo creas, él me dijo que me quería- "en su cama"- y me dijo que podía llegar a ser felices, que él si quería que seamos felices – "si me someto a él y olvido lo que yo soy"- te aseguro que todo saldrá muy bien..., aun que no lo creas estoy convencida que ya lo quiero, y que seré muy feliz-


El señor Nicolás Parker dudo un poco, pero en los ojos de Marina había un brillo que le hizo creer sus palabras, le tomo la cara ente las grandes y regordetas manos- soy tu incondicional, si un día decides que ya no quieres estar con él, sabes que puedes acudir a mi, sea lo que sea..., además en el fondo de la hacienda hay unos terrenos que necesitan abono-

BODAS DE ODIO (terminada) Libro 2 Serie InalcanzablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora