Nuevo amanecer -Choi Siwon- (2da de la serie Amor en la mafia.)

Capítulo 1

"Dejando sólo un pequeño sueño
dentro de mi corazón que te amaba,
¿Por qué me dejaste con tanta facilidad?"

Heartache / Kangin

Meses atrás...

Sentía que mi corazón iba a salirse de mi pecho en el instante en que mi hermano Lee Donghae aceptó que lo acompañara a Busan por unas semanas. Estábamos en verano y le había pedido que me llevara para no pasar las vacaciones en casa y sola. Insistí muchas veces alegando que mis amigas estarían de viaje y que al él no le gustaba la idea de que viajara a China a ver a Sunhwa sola.

Era mentira. Quería ir a ese viaje por una simple razón: Cho Kyuhyun.

Lo había conocido en la primavera, cuando mi hermana Sunhwa se comprometió en matrimonio con su ahora esposo, ZhouMi. Era tonto pensarlo, pero me quedé deslumbrada como un animalito frente a la luz de un auto. Él me observó y me dedicó una sensual media sonrisa. No había podido siquiera decir más de tres palabras durante su corta visita. Pero me preparé para hacerlo el día de la boda de mi hermana. Pero en esa oportunidad, los ojos de Donghae siguieron cada uno de mis pasos y lo odié cuando me negó bailar con él.

¿Qué le pasaba? ¿Acaso no eran aliados? Pero para Donghae, Cho Kyuhyun nunca sería adecuado para mí aun siendo hijo de un líder de familia y heredero a ese poder. No sabía las razones para su negativa, pero me negaba a negar lo mucho que me gustaba.

Sabía perfectamente en que mundo había nacido y sabía también que moriría en él. Mi padre, Lee Dongho tenía una extraña obsesión por mi pureza. Decía que yo al ser tan parecida físicamente a mi madre, debía ser como ella cuando era soltera; una joya de la mafia.
Las joyas de la mafia es la antigua forma de llamar a las vírgenes en nuestro mundo. No era una regla o una norma, las chicas de mi mundo muchas veces eran moneda de cambio para favores, hijas de soldados que eran entregadas a los jefes para lograr poder o estabilidad y si tenían suerte se convertían en amantes, pactos de paz firmados con matrimonios o trueques entre familias. Mi padre se volvió sumamente estricto con ese tema cuando Sunhwa se entregó a un soldado, uno de muy baja posición en la organización y quedara embarazada de él. Lo peor que una chica de la mafia podría sufrir era la muerte o el exilio y Sunhwa sufrió lo segundo.

Pero fue entonces que mi hermano traicionó a mi padre, algo que aún no puedo comprender y que no me atrevo siquiera a preguntar ¿Por qué lo hizo? ¿Que era aquello que impulsó a Donghae a hacerlo? Fuese la razón que fuese, eso sacó a nuestra hermana del exilio.
Donghae es un poco menos controlador que mi padre, pero durante estos meses mi vida se ha mantenido de la misma forma, estudiando en una escuela de señoritas y saliendo siempre bajo la vigilancia del chofer y algunos guardaespaldas.

-¿Sucede algo?- me preguntó Donghae mientras íbamos hacia la casa de la familia Cho, estamos hospedados en un elegante hotel de la familia Cho. Esta noche nos habían invitado a cenar para darnos la bienvenida y estaba ansiosa de ver a Kyuhyun. Mi hermano no lo sabía, pero durante la fiesta de la boda habíamos intercambiado nuestros números y teníamos conversaciones por chat.

Largas y largas conversaciones.
Hablábamos a diario. Le decía mis cosas y él me contaba las suyas. Me hacía reír y añorar mi primer beso. No podía negar que estaba ilusionada.

-No, solo estaba pensando tonterías- le respondí intentando disimular mis nervios. Pasé mis manos sudorosas por mi sencillo y recatado vestido lila. Había deseado usar un vestido más corto o ajustado a mi cuerpo para verme más sensual, como las mujeres que tal vez Kyuhyun tenía cerca, pero no podía cambiar mi guardarropa sin levantar sospechas en Donghae. Que, aunque menos controlador, aún me consideraba una niña. Sabía muy bien que soy bonita, pero en esta ocasión pude aplicarme el maquillaje suficiente para hacerme ver más atractiva y recogí mi cabello para no ponerme a jugar con él por causa de mis nervios. -¿Qué?- pregunté cuando la mirada de mi hermano no se apartó de mi rostro y sentí que mis mejillas se calentaban.
-Eres igual que nuestra madre- susurró y una dulce mirada se asomó por un par de segundos en sus vacíos y tristes ojos. –Cada año que pasa te parece más a ella. –Carraspeó y apartó la mirada. Donghae no era un hombre que expresara sentimiento alguno, no recuerdo si alguna vez lo hizo con naturalidad, pero desde que mi padre lo inició en este mundo, la oscuridad y vacío de sus ojos se incrementó año tras año y levantó unos muros entre nosotras y él. Pero momentos como estos, veía un hermano diferente, uno que daría cualquier cosa por conocer.
-Hubiese querido conocerla- susurré. Nuestra madre murió dándome a luz y sólo conocí sobre ella por medio de mi padre y hermanos. En ese momento, el auto se estacionó y la elegante casa estilo occidental se presentó frente a mí. Era enorme y de gran estilo. Los Cho era la familia más fuerte de Busan, controlaban muchos negocios, principalmente aquellos del puerto que era el más grande e importante del país. Contrabando de todo tipo pasaba por allí ante la vigilancia y el poder de los Cho.