Capítulo 2: Playa del arroyo.

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AMBER

Me desperté por el ruido del despertador del móvil de Sofi, entre abrí mis ojos y recordé que hoy era lunes. Así que Sofi tiene instituto. La zarandeé cuando noté que no se despertaba y cómo eso tampoco funcionó le grité al oído.

–¡Tiburón! –grité a todo pulmón y Sofi se levantó con la respiración agitada.

–¿Dónde? –preguntó alarmada pero al darse cuenta de que estaba en mi cama me miró con el ceño fruncido. –Los tiburones no pueden estar fuera del agua. –y cuando dijo eso se volvió a recostar en la cama.

–Venga, tienes instituto. –dije mientras me levantaba de la cama para tirar de las mantas, pero Sofi se agarró a ellas como un mono.

–No quiero ir.

–¡Sofi! No quiero ser madre tan pronto. –me quejé y ella empezó a reírse.

–Está bien, está bien. Voy a vestirme. –dijo Sofi mientras se levantaba de la cama.

Yo mientras tecleé en mi móvil el número de mi padre y le envié un mensaje: Tráeme a chatarra. Pulsé enviar y cuando Sofi salió del baño, me di cuenta de que yo estaba sin vestir. Así que me coloqué rápidamente un vestido blanco sencillo por encima y me hice una trenza en el pelo.

Bajamos las escaleras corriendo, pues ya llegábamos un poco tarde y cuando salimos a la calle mi pequeña chatarra nos estaba esperando.

–Sube. –le indiqué a Sofi y yo me subí en el asiento del conductor y puse rumbo a su instituto.

SOFI

Bajé del coche y me dirigí hacia el instituto. Entré rápidamente y fui hacia mi clase, 4C, en donde me senté en la última fila, pegada a la ventana. Saqué los libros de historia, esperando a que entrase el profesor, y mientras tanto me puse a leer un libro.

Oía murmullos provenientes de mis compañeros de clase, así que levanté la vista y los vi a todos formando grupos y hablando entre sí. Fruncí los labios y suspiré. Yo solo tenía a Amber, aunque también tenía un par de conocidas en cursos inferiores.

***

A la hora del recreo, salí al patio. Me senté en las escaleras y comencé a leer, esperando a que llegase Elena, una niña que va en tercero.

A los dos minutos noté que alguien me dio un golpecito en el hombro; me giré para recibir a Elena, pero tan solo me encontré con Cara, Noah, y el resto de la pandilla.

–Hola, cariño. –me dijo Cara irónicamente.

–Que pasa. –dije a modo de saludo, volviendo a concentrarme en el libro.

–¿Que lees? –Cara me arrebató el libro de las manos y se puso a pasar las páginas. –Tomates verdes fritos. –Leyó en alto el título. –¿Por qué traes libros de cocina? –frunció el ceño.

Estallé en una sonora carcajada.

–¿Cómo puedes ser tan tonta? –dije sin dejar de reírme. Me levanté y le quité el libro bruscamente. –No es de cocina, idiota. –le espeté con cierto enfado.

–¿A quién llamas idiota? –preguntó intentando retarme a lo que yo respondo con una irónica sonrisa.

–¿Es que acaso no me has escuchado? –fruncí el ceño y me puse seria.

–Lo único que oigo es un zumbido. –dijo.

–¿Entonces por qué sigues respondiéndome?

–Porque me aburro. Y cuando me aburro me gusta met...

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⏰ Última actualización: Aug 25, 2014 ⏰

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