- Hola Señor Edo, tiempo sin verte en la zona seca... acaso no la viste?
- Cierto, llevo tiempo sin verte amiga, creo que ahora estas más sola que de costumbre... no había sentido tanto frío desde aquella vez.
- Señor Edo, aunque quisiera no puedo negarle el acceso a la zona seca, somos diferentes pero tan iguales... ¿Qué lo trae por aqui?
- Venía para ver lo que era mi vida en realidad ¿Tu no la viste?
- Yo no puedo ver más allá de donde vengo señor, soy la creación de sus debilidades...
- Algún día podrás venir conmigo, tal vez asi dejarás ese bloque de hielo y regresarás a tu núcleo.
- Señor Edo, recuerde sus miedos, él nos vigila desde las afueras... no intente nada sospechoso o podría terminar como la lujuria, dentro de una caja sin salida alguna.
- Yo me preocupo más por el área blanca... en ese lugar puedes ver más que solo una realidad absoluta, ahí no existe lógica.
- Tiene razón, ¿Podría prestare su mano, señor?
- Claro, toma mi mano.
- Es justo como la recordaba... en verdad me hace feliz, quisiera poder estar más tiempo con usted Señor Edo...
- Algún día volveremos a estar juntos niña... cuando caminemos en un mismo cuerpo.
- ¿Me lo promete señor?
- Lo prometo niña... ahora regresa al lago o la tristeza saldrá a flote.
- Gracias Señor Edo, esperaré su regreso aqui en la soledad de mis recuerdos...

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Vacío Helado
Ficción GeneralEs una breve charla entre diferentes sentimientos que dan un pensamiento diferente al imaginar como sería estar dentro de nuestra mente.