"Lost Children" || Joy Lab [Villainous AU]

La Caja Musical [borrador]

La temporada de lluvias había azotado Londres casi como un diluvio que limpiaba las calles de todos los males que ocurrían en la noche. Los relámpagos y truenos gritaban en el cielo como si buscaran a quien castigar. Los estruendos que hacían temblar la débil mansión de Laffy Hatter eran lo suficientemente escandalosos como para despertar a Demetria de la pesadilla que estaba teniendo. Respiraba agitadamente, recordando cosas que prefería que se quedaran en el pasado. Al ver que lo que había causado su sobresaltó era la lluvia en su ventana suspiró un poco aliviada.

Se levantó de la cama, estremeciéndose un poco cuando sus pies entraron en contacto con el frío suelo de la habitación; se dirigió al segundo cajón de su caótico tocador y sonrió excitadamente al ver su caja musical favorita. Tenía la forma de un carrusel, pero en lugar de tener los clásicos caballitos de colores pasteles, quienes desfilaban al ritmo calmado de la música eran un cocodrilo, un saltamontes, una rana, un mapache y un murciélago de porcelana, cada uno con un instrumento musical distinto.

Demetria era una chica impulsiva e hiperactiva a la que no le importaba romper cosas en su camino; sin embargo, este juguete era distinto. Éste había sido el primer regalo que Laffy Hatter le dió al llegar a Joy Lab.

Aún podía recordar cómo hace más de 10 años atrás, cuando aún había guerra y bombas cayendo a los alrededores; todos los niños eran resguardados en una habitación metálica al fondo del sótano, pero Laffy Hatter la llevaba a ella a una habitación especial, la abrazaba con una cobija y la hacia escuchar la melodía del carrusel y observar a los animales dando vueltas, haciendo movimientos mecanizados para pretender que tocaban los instrumentos que cargaban; todo esto hasta que se olvidaba por completo de lo que ocurría en el exterior, solo era ella, la melodía, los animalitos ridículos y el calor de Laffy Hatter contra su cuerpo, haciéndola sentir protegida y en calma.

Hoy en día no había bombas, pero aún así Demetria le gustaba disfrutar de la melodía en días lluviosos y estruendosos como esa noche. Sin embargo, su sonrisa y su tranquilidad se fueron cuando la melodía se detuvo abruptamente, haciendo un extraño sonido de click dentro del mecanismo del carrusel.

Esperó algunos segundos, pero el juguete no emitió ninguna nota. Intentó darle cuerda dos veces, pero los animales solo daban pequeños saltos en su lugar.

Un relámpago la tomó por sorpresa, provocando que diera un pequeño salto y soltara por accidente el carrusel, cayendo al suelo. Tras un sonido fuerte la parte del carrusel de había despegado de la base de la caja musical. Algunas tuercas se habían salido; el murciélago había perdido un ala, la rana una pata, el cocodrilo ya no tenía su trompeta... La única cosa que la iba ayudar a descansar ahora se encontraba hecha pedazos en el suelo.

Entre más veía el juguete destrozado, más empezaba a invadirla una enorme ansiedad. Su cuerpo temblaba, sus manos jalaban inconscientemente de su cabello, su boca la torturaba, pidiéndole una "Pastilla de la Felicidad" a pesar de que no era su hora, y su mente le nublaba la vista con escenas negativas... Su amado Laffy estaría muy decepcionado de ella si se enterara de lo que acababa de hacer con su preciado regalo. ¿La odiaría por su torpeza? ¿La abandonaría?

No, no era momento de entrar en crisis. Algo que Demetria había aprendido de Laffy Hatter es que en Joy Lab todos los problemas tenían solución. Decidió recoger las piezas del suelo y se sentó un momento en su cama, mordiendo una almohada mientras contemplaba sus opciones.

Los relámpagos seguían azotando los cielos con furia y le seguían poniendo la piel de gallina. Dormir sin su caja musical iba a ser imposible. Ir con Laffy Hatter tampoco era una opción. La Alebrije no tenía un reloj en su habitación, pero estaba segura de que por lo menos pasaban de las 2 AM. Todos los niños dormían. Solo había una persona disponible en la mansión a esa hora.