Donde Felix es el lindo chico extranjero que trabaja en la florería y Minho es el chico malo de la escuela.
𝑩𝒂𝒅 𝒃𝒐𝒚𝒔 𝒅𝒐𝒏'𝒕 𝒍𝒊𝒌𝒆 𝒇𝒍𝒐𝒘𝒆𝒓𝒔 1.
⌜03 de Enero del 2019⌝
Capítulos cortos.
4O capítu...
Minho se preguntó como es que una florería podría estar tan llena, mientras veía a Felix pasearse de un lado a otro, atendiendo a, por lo menos, tres personas simultáneamente.
Se sentía algo ridículo sentado en aquel banquito de madera pequeño mientras él era más grande de tamaño, junto con eso, estaba el hecho de que Minho había ido con el propósito de molestar a Felix, estando ya aburrido de solo entretenerse en comer los snacks que había traído y por los que el menor ya le había llamado varias veces la atención. Pero Minho hacia lo que quería y no tenía ni el mínimo interés de acatar cualquier cosa que el otro dijera.
Suspiró en cuanto vio a otra persona entrar, rodando los ojos, hastiado. Sin embargo, notó como Felix sonreía con dulzura hacia la joven que recién llegaba, acción que le pareció completamente extraño, porque el solo estaba pensando en lo buena que estaba, pero el rostro del menor no parecía decir lo mismo. Era algo tan inocente que en ves de hacer lo que usualmente haría y mirarle las tetas a la chica, se encontró incapaz de apartar su vista de Felix, quien con risitas nerviosas pedía un poco de paciencia.
Notó como cada vez que se agachaba y mostraba un flor su sweater se le resbalaba por un hombro, dejándolo al descubierto su pálida piel, pero rápidamente el chico lo cubriría con un movimiento automático, sin estar atento. También sus ojos se achinaban cuando su amplia sonrisa aparecía y Minho comprendía como es que la gente parecía sentirse tan cómoda y cálida a su alrededor.
El castaño derrepente se sintió a gusto viendo como Felix interactuaba con los clientes. Durante varios minutos solo se entretuvo siguiéndolo con la mirada, no obstante, el menor pareció percatarse de ello y alzó su cabeza. Minho nunca fue de esos chicos que apartaría la mirada con intenciones de no ser descubierto, es más, el seguramente sonreiría coqueto y se acercaría para hablar. Pero esta vez no fue así, solo mantuvo la mirada de aquellos oscuros orbes por unos segundos antes de, para sorpresa de Félix, levantarse e irse sin mencionar ni una palabra.
Decían que la primavera realmente afectaba a las personas. En su caso, Minho necesitaba un buen sexo para sacarse tonterías de la cabeza.
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