XVI

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Felix no había tenido un día atareado, sin embargo, en último momento, al menos tres personas entraron a la tienda pidiendo un ramo de flores. Era raro, decían que la primavera siempre provocaba efectos en las personas, algunos mencionaban que era la época en que la gente solía enamorarse más.

Era lindo de pensar, en cierto modo.

Estaba ayudando al último cliente a escoger unas flores de colores que resultaran llamativas en el ramo cuando escucho la risa de Minho. Era tan distinta a la que estaba acostumbrado a oír por parte de él que se sintió extraño, como un pequeño cosquilleo en el estomago que casi lo hace soltar las flores que tenia en mano. Para su suerte pudo disimular su nerviosismo y lograr que el chico se fuera feliz con lo que había comprado.

Soltó un suspiro, concentrándose en quitar esa sensación de su estomago y entonces volteó a ver a Minho, quien no parecía haberse dado cuenta de que se había reído. Estaba leyendo el manga que Felix tenía. Eso le provocó diversión, puesto que si no mal recordaba, al mayor no le iban las cosas frikis, según él.

Minho lucia tan concentrado leyendo, que Felix se permitió mirarlo con detalle. La forma en la que el castaño pasaba las paginas con una sonrisa en su rostro, la cual no podría describir como amplia porque solo alzaba la comisura de sus labios con estos mismos juntos, cosa que dejaba apreciar lo bien formados que eran.

El rostro del mayor era pacifico en ese momento, y entonces, pudo darse cuenta de lo lindo que era. Es decir, si que había caído en el hecho de que Minho poseía la capacidad de dejar a bastantes sin habla, porque lo había escuchado de la mayoría de sus compañeras de clase y Felix no había entendido sus suspiros hasta ese momento, pero no solo por lo que ellas veían, si no por lo que él veía también. Porque Minho haciendo esos gestos tan casuales parecía tener un encanto para él.

El estomago de Felix no paraba de ponerlo nervioso con Minho ahí sentado con su chaqueta de cuero que le quedaba ridículamente bien, con esa sonrisa que apenas conocía y ya le fascinaba y con toda la hermosura que Lee Minho desbordaba y que Felix siempre supo que tenía. Minho siempre había sido tan lindo, pero Felix no caía solo por caras bonitas. A él le gustaban las actitudes genuinas.

ㅡFelix, si sigues mirandome así, voy a comenzar a creer que estas enamorado de miㅡComentó Minho, haciéndolo sobresaltar y mirar hacia otro lado sintiendo el pánico invadirlo. Su cara ardía.

ㅡ¿Que? No te creas muchoㅡIntentó no tartamudear e hizo el ademán de arreglar unas flores, aunque en realidad no hubiera nada que ordenar. El mayor dejo escapar una risa que hizo que su corazón latiera con fuerza y volvió a enfocar su vista en el manga.

El problema es que, para Felix, Minho ya era lo bastante genuino.  

Sunflower╺ MinlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora