Buenas noches, pequeño.

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NARRA SHOWNU

Los otros días, después de tanto tiempo, volví a tumbarme en el suelo bajo el cielo estrellado. Aquello me trajo tantos recuerdos, tantas historias... más específicamente la nuestra.

Todo comenzó cuando entré al Centro de Ayuda a Menores, o el "CAM" para hacerlo más corto. Ambos teníamos nuestros problemas. Por un lado estabas vos, en una lucha constante con la comida y tu reflejo; Y por el otro yo, castigándome por un pasado que no me correspondía. Tu bienvenida no fue muy cálida que digamos, es más, te terminé gritando porque mirabas mucho mi plato. Por dios, que enanos éramos.

De a poco fui ganando tu confianza, y también tu cariño. Recuerdo cuando salimos por primera vez solos. Fuimos al cine y vimos una película de terror para después no poder pegar ojo en toda la noche. O también cuando me encontraste en el momento justo y, sin importar los años que te llevaba, me sacaste de aquel pozo en el cual solo me había metido.

"¿Ves aquellas estrellas? ¡Esas, las que brillan más que todas!" preguntaste señalando al cielo. Claramente había dos estrellas más brillantes que las otras, pero lo que más brillaba era tu rostro lleno de ilusión. Aunque sea solo por un momento, todos tus problemas se alejaron y volviste a ser un pequeño niño. Dejé que tu felicidad me invadiera y me perdí en ella hasta que tus ojos me encontraron, a la vez que tu voz acariciaba mi oído. "Ellas son como nosotros. Nuestra relación es mas fuerte y brillante que cualquier otra"

También tuvimos nuestras peleas, de cuales nunca me voy a perdonar. En una te llamé "gordo" sin saber que tu mundo se derrumbaría. Dejamos de hablarnos, y también dejaste de comer. Ambos habíamos vuelto a caer donde juntos nos logramos sacar. Yo me preocupaba en silencio, no iba a dar el brazo a torcer. Pasó un tiempo y no te vi más. Mi preocupación aumentaba a medida que pasaban los días sin verte. Pregunté a donde estabas, solo para enterarme que estabas internado.

La imagen nadie me la va a sacar de la cabeza. Tendido en una cama, consumido hasta los huesos y conectado a muchas máquinas. Necesitabas ayuda hasta para respirar. Aproveché que estabas dormido para tomar mi guitarra y comenzar a cantar. Abriste los ojos desconcertado, pero solo fue hasta que la reconociste, dejando caer pequeñas lágrimas sobre tus mejillas. No era cualquier canción, era la canción que me animaste y apoyaste a cantar, la primera canción desde la muerte de mi padre. Sequé tus mejillas y, tomando tu mano, hice una promesa que jamás pienso romper:"Siempre estaré a tu lado".

Al poco tiempo comenzaste a mejorar. Volviste a comer, aunque yo te obligaba y chantajeaba para que lo hagas, pero el punto es que te recuperaste y salimos del hospital. Por primera vez te miraste en el espejo y viste al verdadero KiHyun, sin ninguna distorsión y tan perfecto como eras. Habías aprendido a quererte. "Estoy curado" dijiste delante del espejo con una de las sonrisas más bonitas que vi en mi vida. Yo solo te tomé entre mis brazos y te abracé lo más fuerte que pude. Siempre estaré orgulloso de tus logros.

Cumpliste la mayoría de edad y nos fuimos a vivir juntos. Era un sueño hecho realidad para ambos. Conseguimos trabajo y las risas nunca faltaban. Todo marchaba como lo habíamos planeado, todo era perfecto. Pero eso no duraría muho tiempo.

Tu brazo comenzó a doler, y ese dolor iba aumentando poco a poco. "Estoy bien, no es nada" y una sonrisa terminaban de decorar aquella mentira. Tú no lo sabías, pero yo te conocía perfectamente y reconocía cuando me mentías. Notaba tus muecas de dolor cuando lo movías y como tocabas tu codo, asegurándote de que la pequeña bolita que lo decoraba no creciera. Pero una noche se colmó el vaso. Te despertaste gritando en medio de la noche pidiendo que te lo cortaran. Te tomé entre mis brazos y te llevé a urgencias. Allí te calmaron y te internaron para hacerte distintos estudios.

Buenas Noches // ShowkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora