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A pesar de ser casi verano, Hoseok nunca había sentido tanto frío como esa noche, cuando abrió la puerta de su casa y la encontró a oscuras.

Sintió su respiración cortándose cuando entró y sus zapatos pisaron cerámica rota junto a flores destrozadas. Los jarrones estaban rotos.

Su estómago se tornó más pesado aun cuando subió las escaleras, siguiendo el rastro de feromonas que había en el aire, su cuerpo temblando en anticipación en el momento en que se detuvo fuera de la habitación matrimonial.

Recordó a su madre frente a él, sonriéndole mientras le decía que Hyungjung esperaba un hijo suyo y decía que había descubierto toda la verdad de Minhyuk. Y ahora Hyungwon debía saberlo todo, y tenía claro que eso jamás el omega se lo perdonaría.

Pero Hoseok quería rogar por ese perdón aunque no lo mereciera.

Entró al cuarto, viendo inmediatamente a Hyungwon de rodillas ante el armario, una maleta a medio hacer a su lado.

Un raspón doloroso se asentó en su garganta.

—Hyungwonie—susurró, su voz temblando.

El omega se detuvo, bajando sus hombros, pero sin voltearse.

Hoseok se dio cuenta de que estaba llorando.

Dio dos pasos con la intención de ir a consolarlo, sin embargo, antes de poder hacerlo, Hyungwon habló:

—No te me acerques.

Obedeció, su corazón rompiéndose ante la petición.

Hyungwon puso unas cosas más en la maleta antes de cerrarla, y luego se volteó, su rostro destrozado, sus ojos rojos e hinchados, sus labios temblando.

Sin embargo, Hoseok nunca lo había encontrado más hermoso y lejano que esa noche.

—¿Dónde está Minhyuk? —preguntó Hyungwon poniéndose de pie.

Hoseok humedeció sus labios.

—Está con Hyunwoo, en casa de Jackson —respondió.

Hyungwon asintió.

Luego, comenzó a caminar hacia la puerta, dispuesto a irse de allí y nunca volver.

Ante ese pensamiento que llegó a su mente, Hoseok lo tomó del brazo, deteniéndolo.

—Perdóname —susurró desesperado—, Wonie, mi amor, por favor, perdóname–

—De todas las omegas en este mundo —sollozó Hyungwon —, ¿por qué con mi hermana, Hoseok ? —su expresión se quebró—. Me mentiste a los ojos. Me dijiste que sólo fueron unos besos, que no la conocías...

Su alfa gimoteó en respuesta, desesperado, queriendo sostener a su derrotado y apenado omega en sus brazos, protegerlo de todo el daño y decirle que todo iba a estar bien aunque fuera sólo una vil mentira.

Hizo el amago de abrazarlo, pero Hyungwon no se quedó quieto: lo empujó bruscamente, su rostro todavía lloroso, pero sus ojos con una rabia que no había visto allí antes.

—Hyungwonie, por favor, te lo ruego...

Entonces, Hyungwon hizo algo que nunca habría imaginado posible en la vida.

Hyungwon lo abofeteó en la mejilla, soltando ya no hormonas de pena, sino también de odio, desprecio e ira.

—¿Tan... tan idiota e iluso me creías como para que jamás lo fuera a descubrir, Hoseok ? —gruñó dando un paso, haciéndolo retroceder por el aturdimiento—. ¿Tan patético me consideras, Hoseok?

Kilig [Adaptación] [2won]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora