Katsuki gruñó, mientras tiraba una almohada al suelo. Se pasó la mano por su desordenado cabello —Más de lo normal— para después tocar sus prominentes —Y ahora regulares— ojeras.
No podía dormir, de nuevo.
Miró con envidia el cuerpo que tenía al lado, su esposo dormía con tranquilidad, el muy maldito tenía un sueño pesado, pasando de largo por completo las quejas del rubio.
Y el insomnio del cenizo era todo por culpa del bastardo.
Katsuki, siempre se había dormido temprano y tenía el sueño balanceado, al igual que su alimentación y ejercicio. Nunca le costó dormirse y era alguien que se despertaba temprano gracias a la buena estructura de sus horas de sueño.
Sin embargo, todo eso cambió cuando supo que Shouto estaba embarazado.
Para ambos fue una gran sorpresa, aún eran jóvenes, no habían pasado la fase de los 30 siquiera. Sólo tenían 25 años y estaban en la cima en su trabajo como héroes, estando en el top 5 ambos. Saber que serían padres en la cúspide de su carrera, a esa joven edad y en la vida tan peligrosa y riesgosa que llevaban definitivamente no fue algo que se esperaran.
Al bicolor le desánimo un poco la noticia, sabiendo que se tenía que alejar como mínimo un año de su trabajo. No podía poner en riesgo al nuevo integrante de la familia, a su hijo.
Katsuki lo apoyó en todo, siendo ahora él quien tenía que encargarse de la economía de la casa —Endeavor igual era de gran ayuda, aunque ambos se negaron a aceptar su dinero, en algunas situaciones no les quedó de otra—, estando en el top 5 le iba bien, pero lo demandaban mucho, dejándolo con un mínimo de tiempo para su familia.
Porque Katsuki desde que se enteró que sería papá, siempre contó a su hijo.
Amaba su trabajo, pero odiaba dejar a Shouto solo. Esta era una experiencia nueva para los dos, quería estar con él, viviendo esta etapa juntos.
Midoriya le ayudó mucho con eso, el era el único aparte de ellos que igual estaba en el top, así que se aliaron, Katsuki patrullando en la mañana-tarde e Izuku en la tarde-noche.
Al principio sintió que estaba flojeando, alejándose de las horas con más riesgo y trabajando menos gracias a los pocos villanos que se encontraba. Pero con Shouto en su casa, sin poder usar su fuerza por completo y los villanos sabiendo en la gran desventaja que se encontraba el héroe le producía un miedo horrible.
Siempre había temido que algo le sucediera al bicolor, pero ahora con su hijo dentro de él el terror lo invadía.
Así que por esa puta razón el sueño se le había ido por completo desde hace casi nueve meses. La mirada de envidia hacia Shouto cambió a una amorosa cuando observó la prominente barriga subir y bajar conforme Shouto respiraba.
Se acercó y lo abrazó por la cintura —Ahora inexistente—, acarició la barriga para después mantener su mano ahí. Recargó la cabeza cerca del cuello de Todoroki y lo olió, a veces su olor era lo único que podía arrullarlo.
Cuando cerró los ojos tratando de dormir, sintió al bebé moverse. Abrió los ojos sorprendido, ya lo había sentido muchas veces antes, pero no dejaba de tener esa misma reacción. Era como si su hijo le dijera que estaba ahí, con él, con ellos.
Otra patada volvió a sentirse, Katsuki sonrió.
—Deja dormir a tu padre, Raito —Le susurró al enorme vientre.
Katsuki y Shouto habían decidido el nombre casi de inmediato al saber que esperaban un bebé, aún sin siquiera saber el género.
Raito que significa luz, era un nombre genial para la personita que haría sus vidas más felices —Y difíciles—, así que cuando supieron que era un varón no fue un verdadero problema.
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Un Paso (Pujido) Duro De Dar.
FanfictionShouto y Katsuki están por adentrarse a una nueva experiencia la cual dará un antes y después a su relación: Ser papás. Pero para llegar a eso el momento del parto es algo inevitable. Desde que las contracciones empiezan, hasta tener a su hijo en su...