No puedes cambiar lo que es alguien sin destruir lo que fue.
Si tan solo pudiéramos ver la interminable cadena de consecuencias que resultan de nuestras acciones mas pequeñas.
Ellos estaban destinados a encontrarse pero, ¿Quién dijo que para permane...
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Venía perdida escuchando 505 de Arctic Monkeys cuando mi papá aparca frente a un gran establecimiento de al menos unos cinco enormes edificios, todos igual de altos e iguales. Es de color rojo intenso pero recatado, me gusta.
Aunque tiene pinta de correccional, o eso pensé cuando leí su protocolo y políticas. Demasiado estricto aunque sin ser católico. Qué alivio, al menos esto servirá para escapar del drama familiar por el que estoy atravesando juntos a mis padres. Mamá es lesbiana y mi papá la descubrió besándose con su mejor amiga, la tía Lucy, y ahora son pareja oficialmente. Por lo tanto se divorciarán. Todo esto ocurrió hace ocho meses y papá es el más dolido, claro encontró a su esposa de 20 años con una mujer, es de locos. Aunque él estaba dispuesto a comenzar de cero mamá no aceptó ya que dijo ser muy feliz con su nueva pareja, prácticamente al separarse de papá también lo hizo conmigo. No hemos hablado desde entonces. No es que me moleste vivir con papá pero necesito salir de ese ambiente que solo me provoca querer matar a alguien.
Un día en casa de mi tío George, hermano de papá, estábamos en la piscina cuando mis primos Sam y Chiara comenzaron a hablar de éste lugar y me interesó mucho asistir ya que estaba lejos de casa y estaría toda la semana aquí las visitas son cada quince días y eso era lo mejor, estaría tranquila, al menos eso pensaba.
Observo a papá, quien está bajando del automóvil, un Volvo color plata, para sacar mis maletas de la parte trasera. Imito su acción y aún cuando estoy cerca no digo ni una palabra esperando a que acabe y así poder despedirme, voy tarde y debo encontrarme con Chiara.
-Cariño sabes que puedes llamarme a la hora que sea y vendré a ayudarte. -dice, a veces es muy exagerado.
-Está bien, pero tranquilo aquí nada va a pasarme.- trato de calmarlo.
El ríe y me abraza muy fuerte, cómo si no quisiera soltarme nunca. Solo pido que no llore, eso sería realmente algo vergonzoso.
-Prométeme que te cuidarás, por favor. Nada de faltar a clases y lo más importante siempre responde tú celular.- hablando de celular, ya casi no tengo batería.
-Lo prometo. Está bien y, sabes que lo hago.
-Te amo, y te extrañaré muchísimo, adiós.- deposita un beso en mi frente.
-Te amo papá, adiós.- digo abrazándolo.
Me quedó ahí parada viéndolo caminar hacia su auto y marcharse, no me muevo de ahí hasta que ya no queda rastro del vehículo.
Me giro y comienzo a arrastrar mis maletas, vaya que traje cosas, no me detengo hasta que cruzo mirada con un chico alto, de cabello oscuro y ojos penetrantes que no dejan de mirarme fijamente. Tengo la impresión de a ver visto esos ojos antes, pero no recuerdo donde.
