Power rangers Piratas Espaciales (Adaptación de GOKAIGER)

El fin de Damaras Parte 2

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Todo había pasado muy rápido en las últimas horas de la mañana, los Piratas espaciales habían sido derrotados, y para lograr ello el emperador tuvo que tomar una gran decisión, dándole una segunda oportunidad a su seguidor más fuerte, Damaras quien no fallo en su misión, trabajando junto a Basco para lograr su objetivo de venganza contra los piratas.

Pues el corsario había eliminado a cuatro de ellos, mientras Damaras se encargaba de acabar con la capitana, Anabell.

Al llegar dentro del gran Gigante Horsel, Damaras ato con cadenas a la capitana, para evitar que escapara. Una vez hecho siguieron su camino, en la sala principal del trono, Damaras arrojo bruscamente al suelo a Anabell haciendo que quedara frente al emperador. A los lados de este habían dos Kingsmen, dentro de la sala también estaban presentes Levira, Redker y unos cuantos x-borgs que manejaban el curso de la nave imperial.

Damaras: la traje su alteza. —anunció asintiendo con respeto hacia el emperador— Esta es la capitana de esos detestables piratas.

Anabell: ¿alteza? —repitió abriendo los ojos y haciendo una mueca al sentir dolor en la pequeña herida que tenía en su pómulo izquierdo— ¿Por qué vendría a un planeta tan remoto como este? —se giró quedando boca arriba, ya que había caído de lado— Supongo que algunos emperadores tienen mucho tiempo libre...

Redker: ¡oye tu! —camino hacia Anabell, y se agacho a su altura— Cuida tu sucia boca, engreída. —la agarro de la blusa blanca y la azoto fuerte contra el piso— Su alteza, ¡deberíamos destruirla ya! —se levantó, girándose hacia el emperador, mientras señalaba a la pirata.

En ese momento dos Kingmen se acercaron a la capitana y la levantaron del suelo, para colocarla, parada, frente al emperador y mientras la sujetaban, Damaras se acercó poniendo su espada en el cuello de Anabell, quien lo miro sin expresión alguna.

Mavro: ¡detente! —ordenó y Damaras alejo su espada, mientras Anabell entrecerraba sus ojos hacia el emperador— No será suficiente, enviarla así al infierno. —todos miraron atentos al emperador— Tengo una idea más fácil para la conquista. Ya que ahora mismo ella es una heroína para la Tierra... mmm ¿me pregunto si toda esa gente entregaría su mundo para salvarla?

Anabell: no lo harán. —rodó los ojos aburrida— No soy una heroína... —frunció el ceño mirándolo.

Mavro: realmente no se si eres orgullosa o demasiado tonta como para no darte cuenta del aprecio que te tienen en ese planeta por salvarlos cada día. —giro su cabeza para ver a Damaras, a la misma vez que señalaba a la pirata— Llévenla a la Tierra y pónganla en exhibición, le demostraremos a los terrícolas quien tiene en verdad el control y si se reúsan a cooperar ejecútenla delante de todos.

Ante la orden, Anabell se asustó, se asusto de verdad. Era la primera vez en casi 3 años desde la muerte de Rojo que se sentía así, ni siquiera cuando pensó que iba a morir por su tripulación lo sintió y ahora que estaba en manos del emperador, realmente pensó que esta vez seria su fin.

Y lo único que podía hacer en ese momento era quedarse boquiabierta mientras los dos Kingsmen que la tenían agarrada de los brazos la arrastraban lejos de la habitación del trono en camino a la Tierra con Damaras detrás de ellos.

En el Galeon:

Dentro del barco, se podían ver dentro de la sala a Harry y Navi. Este primero se encontraba sentado en el sillón más grande abrazando a sus piernas, tenía una curita en su pómulo izquierdo, mientras tanto Navi estaba tratando de averiguar el paradero de algún pirata espacial en los controles.