Monotonía

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Directo de mi ser al papel y de allí, para ustedes.

Monotonía enardecida.
Caldero insaciable de frustraciones vacías.

Monotonía de mi vida.
Vacío constante de tareas aburridas.

Tristeza y soledad que exacerban los ánimos en un mundo sin principio y sin final.

Ciclo interminable de quehaceres;
horas que transcurren militantes,
arbitrarios amos que restringen mi alma.

¡Monotonía maldita!
Gas sofocante de iluciones y quimeras.
Rutina punzante del alma,
asfixiante escencia de lo que se anheló.

Un sueño vuelto pesadilla...
Una vida perdida en el tiempo...

Hay quien puede en la rutina sobrellevar el paso de los días,
quien necesita la constancia para sentirse dueña de su vida.

Monotonía bendecida por las almas sencillas.
¡Vida mía!
Manojo de iluciones desbencijadas,
sueños rotos y codicias mal pagadas.

¡Locura! ¡Arrebátame el alma!
Tú, salvación de los pesares,
de la carga de esta vida que destruye la escencia de una luz
que antaño refulgia con esperanza.

Ahora fría. Casi extinta. Marchita.

La mente se fatiga antes que el cuerpo,
la escencia de tu ser se pierde
en el firmamento del tiempo.

¿Quién hay que escuche mis palabras a través del viento?

Encerrada tras murallas imperceptibles que aprisionan mi alma.
¡Escaparé con el viento!
Encontraré la manera de librarme antes de mi último aliento.

El carcelero lleva mi nombre.
El verdugo viste mi propia piel.
El juez que dictó sentencia,
en mi juventud llena de inocencia,
habla palabras, que con una voz más joven,
ahora atormenta los recuerdos...

Fue forjando éstas cadenas que ahora pesan. Me queman.
¿Acaso no era libertad lo que buscaba?
¿Cómo terminé en éste calabozo sin rejas, en esta isla desierta rodeada de gente?

Vida mía, ¡devuélveme mí libertad!
Mas no guardo esperanza,
si me encuentro maniatada,
amordazada y condenada por mi propia voluntad.

Solo mi mente suele ser libre,
pero se amordaza, se comprime,
tratando de sobrellevar una realidad ininteligible,
deseando que el sueño se termine.

¡Locura! Lágrimas dulces y saladas
caen cual torrente desde mi cara.
Gritos y carcajadas tan silentes
y por todos condenadas.

¿Felicidad? Instantes como chispas en un incipiente fuego.
Ráfagas luminosas en un cielo sin estrellas.
Tan breve y tan hermosa como la aurora al amanecer;
tan etérea y magnánima como el crepúsculo de un terrible día.

Fragmentos de sueños; cristales y espejos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora