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II. Tauro x Piscis

─────Tauro x Piscis ❛ Lost in your love.

Para empezar, Tauro no es de los que creen en el amor a primera vista. Ignorando aquella filosofía popular en la mayoría de sus relaciones personales, siempre se lo ha pensado diez veces a la hora de caer ante el rostro de alguien. Su perfil bajo y cabeza fría han logrado estar de su lado, porque no, el amor a primera vista no existe, y el que se atreva a declarar lo contrario: miente.

Todo entra por los ojos, claro, pero las apariencias engañan, habría dicho su abuelo.

Tauro no es un mujeriego, no es de los que no pueden estar solos durante mucho tiempo, por el contrario, lo lleva bien, pero ha tenido suficientes experiencias amorosas para probar su punto. Bueno, Tauro no cree en el amor a primera vista, pero eso no significa que no haya caído alguna vez.

De los errores se aprende, habría dicho también su abuelo.

Tauro sabe por qué ese tipo de enamoramiento es falso, empezando por el hecho de que lo ha vivido. Todo inicia en el momento en que vemos lo que queremos ver, creándonos una sensación de atracción y curiosidad instantánea, pero al fin y al cabo, eso no significa que sea lo que estamos buscando.

Su primera experiencia dio lugar en sus primeros años de secundaria. Ella, una típica niña bonita, bastante similar a las muñecas con las que su hermana menor solía jugar. Pequeña y delicada, oliendo a fresas y vainilla, con piel de porcelana y cabellos dorados. Tauro lo sintió a la perfección en el primer encuentro, sintió aquel flechazo instantáneo, como el rápido piquete de una abeja. Doloroso y con notables efectos secundarios. Porque la ansiedad creciente y las mariposas revoloteando nerviosas en su estómago cada vez que las miradas se cruzaban no se hicieron de esperar. Había caído totalmente por aquel rostro.

Pero lastimosamente su corazón estaba destinado a liberarse del hechizo con solo unas cuantas semanas de relación.

Como dijo antes... ella no era lo que estaba buscando.

Tauro, como buen estudiante de arte y amante del mismo, (o de cualquier cosa que valga la pena admirar), cayó unas cuantas veces más, hasta que finalmente se convenció de lo inútil que era. Aprendió que las expectativas que uno puede idealizarse por un rostro hermoso tiene el destino de terminar mal. Era mejor no tenerlas. Era mejor dejar las apariencias a un lado, interesándonos más por (aunque suene estúpidamente cursi) el interior.

Volviendo al presente, Tauro se ha prometido nunca caer nuevamente por el exterior. Todo le ha ido mejor. Ha tenido buenas relaciones que duraron lo que debían de durar, pero que no se sintieron como un desperdicio.

El verdadero amor surge con el tiempo. No a primera vista.

Eso no existe.

Y el chico frente a él, definitivamente no le hará cambiar de opinión.

Por más deslumbrante y precioso que éste parezca.

Tauro lo mira por la espalda, interesado en cada movimiento suyo. Es quizás menor que él, o de su misma edad. Su cabello es castaño y con las puntas rizadas, desordenado de una forma, imagina, despreocupada a propósito. Su piel bañada en dorado, iluminada por el sol, tal vez recién bronceada. Ojos grandes, despiertos y con un brillo alegre. Nariz pequeña y labios rosados.

Ahí está. Una (su) pesadilla viviente otra vez ante a sus ojos. Una pesadilla, (muy bonita, por cierto) de la que se enamoraría en el pasado.

"Son dos dólares por las flores", dice éste y Tauro sólo puede pensar en lo dulce que es el timbre de su voz.