- ¡Hola! Mi nombre es Carolina y espero llevarme bien con ustedes.
Aquella chica era una estudiante de intercambio, supe que no debía acercarme mucho a ella porque después de todo ella se iría nuevamente a su país. Pero no me quedó del todo claro. Porque le tuve un gran cariño, y tal vez confundí ese cariño con amor.
- Me gustas Carolina, enserio... ¿Q-Quisieras ser mi enamorada? - la sonrisa que siempre tuvo se borró y frunció el ceño.
- Jack, nosotros solo... somos amigos.
- Y-Yo... lo siento
- No te preocupes Jackie, ¿quieres que seamos mejores amigos?
- Está bien.
Esa vez fue la primera vez que sentí que me rompieron el corazón, pero era un niño... no sabía lo que en realidad sentía.
Le dije a ella que me gustaba porque no me gustaba que esté cerca de él, no me gustaba que compartiera la comida con él, no me gustaba que se fuera a su casa con él. Pero lo entendí luego que crecí, le dije que me gustaba a ella porque no quería que él estuviera cerca de ella. Porque me enamoré de Marcos cuando éramos unos pequeños niños y no entendía nada del amor, pero junto a él si lo entendí.
Luego que ella se fue -solo estudió aquí durante 1 año y medio- me dolió su partida porque nos convertimos en los mejores amigos, pero prometimos mantenernos en contacto.
¿Saben cómo me di cuenta que me gustaba Marcos?
Fue algo inevitable, Julio, el nuevo, acababa de ingresar, era extranjero y se convirtió en el chico más popular de la escuela, todas las chicas querían estar con él, con solo meses mayor que yo, teníamos 15 años, pero lo que trajo la atención de la gente fue que comenzaba a pegarse a Marcos, demasiado, y cuando digo demasiado es que no lo dejaba ir ni al baño solo. Eso me enojó, pero no quise creerlo. Esa vez fue la primera vez que tuve celos.
Cuando teníamos 16 años, en medio de toda la cafetería Julio le dijo que lo quería, que jamás había sentido eso por nadie. No le creí. Después de todo en su antigua escuela era conocido como mujeriego y tal vez solo estaba jugando con Marcos. Pero ¿qué podía hacer? Sentía rabia, cólera e impotencia, no podía hacer nada, porque eso me vería afectado, aún con 16 años era alguien egoísta.
Ellos empezaron a salir, fueron la pareja más envidiada de la escuela, y yo tampoco lo negaré, no se que vió Marcos en Julio.
Duraron... ¿4 meses? Creo pero... ¿Por qué? Pues porque toda la gente le decía a Marcos que Julio solo estaba jugando con el, que era solo un reto que le hicieron sus amigos. Esa vez fue la primera vez que golpeé a alguien, y ese fue Julio, que ganas tenía de hacer eso. Me sentí el hombre más valiente.
Luego de lo sucedido, Marcos me recriminó lo sucedido, que porque me metía en donde no me llamaban, que lo sucedía con él y Julio no era de mi incumbencia. Pero joder, ¿acaso no lo entendía? Él solo jugaba con él.
Yo lo escuché, ese día solo estuve dirigiéndome a mi salón, pero en el camino escuché hablar a sus amigos de Julio con el mismo... ¿El reto acabó? No, dijo uno. Lo que continuaba era dejarlo en ridículo ante todos. Apreté mis puños.No quería que eso sucediera. Le conté lo que había pasado a Marcos. ¿Creías que te llegaría a creer Jack? Que estúpido fui. Solo me dijo que si me seguía metiendo en su vida, jamás me iba a dirigir la palabra. Eso me dolió. Lloré aquella noche. ¿Por qué eres así conmigo Marcos? Eso siempre me lo preguntaba. Si algo le sucedía no sería mi culpa.
Me animé a mi mismo.
Pero...
Siento que en realidad si fue mi culpa.
Si tan solo...
Hubiera insistido más. Jamás hubiera sucedido eso.
Julio terminó la relación con Marcos de la peor manera. En medio de toda la cafetería -como el plan- le dijo que en realidad no le iba a los penes, que Marcos solo fue un reto, y uno muy gracioso a su parecer. "Te tenía comiendo de mi mano" "Eras una puta gimiendo en la cama" y cosas más que realmente no quiero decir. Porque me duele. Demasiado.
Marcos salió llorando de aquella cafetería, que se volvería el lugar que más odiaría en el mundo.
Faltó durante una semana entera.
Me sentía preocupado, no sabía lo que había pasado con él.En ese momento lo admití. Me gusta mucho Marcos.
Aquella sonrisa deslumbrante que siempre daba a todos los alumnos al pasar. Aquel cabello sedoso castaño, que brillaba al ponerse debajo del sol. Aquellos ojos, marrones claros, que me parecieron los más hermosos en el mundo. Aquellos labios que mirándolos, quería besar. Aquel cuerpo que tenía, esa pequeña cintura que sabía que se acoplaba perfectamente a mí. Esa pancita plana que mostraba en natación. Joder. Amaba todo de él.
Pero esa tarde.
6 de setiembre. Jamás olvidaría esa fecha tan horrible.
Llamaron al maestro que nos estaba dictando clases, todos se sentían felices, pues vamos ¿quién no ama perder clases? Pero aquella felicidad se borró rápidamente cuando el profesor llegó inmediatamente y nos dijo que tenía algo muy importante que decirnos y que nos tomáramos la noticia de la mejor manera.
Temí lo peor.
Tenía la esperanza de que no era lo que estaba pensando. No quería que fuera así.
Pero cuando dijo eso, me desconecté del mundo. No sé en que momento pasó eso. ¿Por qué? Yo...
Debí haberle dicho.
"Marcos ha sido encontrado cerca del río, lamentablemente aquel joven no pudo más. Porque cuando lo encontraron tenía marcas de cortes en los brazos. La hemorragia fue demasiada, porque esta mañana acaban de confirmar su muerte. Mantendremos por siempre en nuestro corazón a un gran alumno y amigo"
Salí y corrí, corrí lo más rápido que pude. Y... llegué a aquel río, en el que fue encontrado Marcos. Lloré como nunca lo había hecho. Nunca pude decirlo. "Te amo". Si tan solo hubiera sabido de esto, lo hubiera dicho antes. "Hubiera" odio esa palabra.
Llegué a mi casa. Solitaria como siempre. Ya nada me importaba, no tenía amigos, mis padres jamás me prestaban atención. Decidí quitarme la vida. ¿Quizás te encuentre y seamos felices en otra vida Marcos?
Con pastillas y agua mi vida se acabó. Jack acabó esa tarde con su vida sin llegar a saber de esa carta. ¿Quién lo imaginaría?